RECORDANDO
LOS VIEJOS TIEMPOS
ANTENA
GUALACEÑA
“La
voz de los pueblos del sol naciente”
Presenta:
“Un programa educativo, social y
cultural, una producción dedicada exclusivamente para usted, con renovado
esfuerzo y sentimiento, en el que conoceremos nuestra historia, nuestras
costumbres, nuestros problemas regionales y nacionales, coadyuvando siempre con
nuestras autoridades en la búsqueda de las soluciones más apremiantes de
nuestras comunidades…”
Este programa fue realizado en
RADIO CENTRO GUALACEO en el reconocido segmento, ”recordando los viejos
tiempos” con el tema:
EL SANTO DE MI
PUEBLO
Estas tierras por donde atravieza el RIO SANTA
BARBARA,fue en tiempos de la colonia, que arrastraba oro en cantidades increíbles, pronto fue noticia, que se
regó por todos los pueblos cercanos y lejanos, llegando hasta los oídos de los
europeos, atrayendo a centenares de colonos y sus ansias de riqueza, afincándose
en este grande y hermoso valle… llegaron también los frailes predicadores con
la doctrina católica, fueron ellos quienes le dieron nombre y lo bautizaron
como las tierras de Santiago a Gualaceo -esto sucedió hace mas de 450 años- en
plena época colonial.
Esta tradicional fiesta religiosa
se mantuvo de generación en generación, gracias a los priostes que en principio
fueron los económicamente pudientes del centro cantonal, para posteriormente asignarse
a personas que se desempeñaban como líderes de los distintos asentamientos
humanos de las montañas, colinas y llanuras que rodeaban a este valle sagrado.
Los “cabecillas” de las comunas que gozaban de respeto e influencia en esos
asentamientos, eran los que los agrupaban a todos los hombres y mujeres en
mayoría de edad y bautizados por la iglesia católica. Fueron múltiples las
ocasiones que los frailes, se aprovechaban de la “ingenuidad” para imponer su
credo y satanizar a todos aquellos que no comulgaban con sus propuestas,
introduciendo el miedo y haciendo creíble
los posibles castigos que llegarían desde el cielo si no cumplían con sus
preceptos. Se introdujo la celebración de las fiestas religiosas dedicado a los
santos, en este caso la festividad del santo patrono de la villa de “Santiago
de Gualaceo”…de aquello se desprende el temor que sentían los “feligreses” y se
decía que el santo que era “bravo y castigador”…hasta cierto punto que se veían
obligados por estas extrañas circunstancias, de pagar por el favor solicitado o
los favores recibidos, llevando sus manos a los bolsillos y entregando como contribución
la moneda o el billete de más alta denominación para la iglesia; este aporte económico
era conocido en el florido lenguaje de enorme raigambre popular religioso como “la limosna para el santo” y si no podía
entregarse en dinero se lo tenía que hacer en los mejores productos de la
cosecha, o con el mejor ganado…etc.”
Es histórico lo que ocurrió en
nuestro pueblo hace muchísimos años…Fue mi abuelo Don Salvador Muy Atarihuana,
hombre que lideraba gran parte de las comunidades campesinas, “cabecilla” de
los priostes de Chicahuiña, Caguazhún, Chichin y gran parte de Jadán, que
pasaban las fiestas de “Santiago” del día principal el 24 de Julio, únicamente hasta
las 12 de la noche, les estaba permitido velar al santo, porque a partir de esa
hora nuevamente el santo tenía que trasladarse al centro cantonal…Santiago el
mayor, bajaba forrado de billetes, para ser velado por los “creyentes católicos”
que les esperaban al final de una de las calles principales del centro urbano,
la calle Loja.
Dejando pasar las fiestas de
Julio, luego de una reunión encabezada por Don Salvador Muy A. con todas las
comunidades bajo su responsabilidad, decidieron no participar mas como “PRIOSTES
DEL DIA MAYOR”, debido a una serie de rumores, que los hizo
insostenible e intolerable continuar prestándose para la celebración de estas
festividades en conjunto con los priostes del centro cantonal…La reacción del “cura
Zamora párroco del Cantón no se hizo esperar, mando a llamar a Don Salvador Muy
, quien se presentó con una importante delegación, con honestidad y hombría de
bien, le informó al representante de la iglesia católica, la decisión irrefutable
de su comunidad, de no participar más con las fiestas santiaguinas del “día
principal”…Esto no le gusto “al cura Zamora”” que montando en cólera pretendió
agredir con un látigo, al “cabecilla” de esta indigna rebelión según manifestaba,
pero los acompañantes de don Salvador impidieron esta agresión y lograron hacer
respetar por primera vez en la historia sus propias resoluciones comunitarias…Esta
rebelión marco un precedente, para que no vuelva a existir jamás agresiones
físicas por parte de los “presbíteros” asignados a nuestro cantón, en contra de
sus “súbditos” (se los llamaba así a los fieles católicos).
El festejo a “Santiago Apóstol”,
en tiempos de bonanza espiritual, debido también a la fama de castigador y
milagroso que era considerado el santo, a pesar de la pobreza de sus “creyentes”
fueron enormes los gastos económicos para las demostraciones culturales y artísticas,
estas fiestas trascendieron fuera de los limites parroquiales, llegando su popularidad
en los confines del austro y la región oriental. Cada año la feligresía aumentaba…una
marea humana acompañaban estas festividades y recordamos todavía las
millonarias recaudaciones económicas, las mismas que creemos que iban a las
arcas de la Iglesia Católica, de un solo mes y sin contar con los aportes de
los diezmos y primicias, que se cobraban desde tiempos inmemoriales.
Los creyentes “en los milagros”
al ver multiplicada su fortuna, en agradecimiento llegaban por estos lares en “devoción”
para entregar al santo lo mejor de su mies, de su hato ganadero: la mejor
oveja, el mejor ternero, etc. Lo cierto es que estas fiestas religiosas se
fueron extendiendo para todo el mes de Julio, porque todos pretendían ser “el
mejor prioste”; el priostazgo se iba heredando en las familias o por un servil
encargo, siempre con la venia de la vicaría pastoral.
A pesar de que nos pareciera
irreal, pero habían días que salían hasta tres imágenes a distintos lugares,
cada uno vestido con vistosos atuendos obsequiados anualmente por la misma feligresía…acompañados
con priostes, alumbrantes para la procesión, la banda del pueblo, y el carro de
cajón alquilado que transportaba los juegos artificiales y pirotécnicos: el
castillo, la vaca loca, los cohetes, las parahuillas, las bengalas, los ratones,
enfilaban rumbo a su propia comunidad que esperaban su arribo.
Aquí y allá se prendía la
fiesta, la algarabía se desencadenaba; los jovenzuelos a subirse al palo
encebado, mientras los cohetes con su eco retumbaban en el firmamento, mientras
se prendían la mecha para elevar a los globos con colores llamativos se
elevaban llevando las oraciones al cielo…mientras esto sucedía por acá…por allá
los adolescentes se ingeniaban buscando aprovechar el momento para lanzar sus
primeros dardos de conquistadores a las “güambronas” del lugar, mejor si era la
hija del prioste…mientras otros se destacaban desgastando sus energías, en las
competencias con los carros de madera, los ensacados o jugando a su deporte
preferido “el indor fútbol” el deporte de la pelota chica; mientras en la plaza
grande hacían su aparición el “juego de la escaramuza”…llegada la noche, y
luego la madrugada el santo era velado con centenares de “velas prendidas”,
mientras los billetes con alfileres e imperdibles eran prendidos en el ropaje
del “santo patrono”, como le trataba la gente…los músicos no descansaban, la
serenata desde las cinco de la mañana marcaba el despertar alegre por ser un
día de fiesta…entre trasnochados y “chuchaques” , mas dormidos que despiertos, el
santo arribaba a la iglesia “madre”, allí estaba, nunca faltaba, prestamente
los recibía el sacristán del pueblo don Víctor Cada, el único encargado de descargar
al santo de tan pesada carga “los billetes”, cambiarle de vestimenta y dejándole
expedito para un nuevo recorrido…por tantas salidas y recorridos le dieron al
santo el “mote” de “el andariego”.
En cierta ocasión el Rvdo.
Padre Humberto Zalamea (+) me había comentado, que durante estas festividades de
julio, dedicado al Apóstol Santiago llegó con el sacristán, y el maestro de
capilla a cierta comunidad para celebrar la santa misa y se encontró con una
tremenda sorpresa, que no había nadie, ni siquiera alguien quien me reciba y me
puse a esperar, porque tampoco no teníamos quien escuche la misa…al único que encontré
solito de pie fue a la sagrada imagen del “Apóstol Santiago”… todo esto se
debió a que habían bailado y bebido toda la noche, hasta ver el amanecer…Nelson
me dijo el padrecito, me arme de muchísima paciencia y me dije consolándome a mí mismo…señor, “son
cosas que me depara la vida”…la noticia que el padrecito había llegado y estaba
esperando recorrió el vecindario y mas dormidos que despiertos, de uno en uno
iban apareciendo para participaron de la santa eucaristía…el santo sacerdote
aprovecho de su sermón para dejarles nuevecitos…y todos dijeron hasta el
próximo año santo patrono.
Las vísperas del 24 de julio se
celebraban con toda pompa, a los compas de la música de las bandas del pueblo,
o de la zona militar, todos alegres, sin importar el frio, caminábamos todos alrededor
del parque central, los encuentros entre amigos, familias enteras se daban cita
en este lugar, los ambulantes de apellido Moreno, nos anunciaban la venta de sus
clásicos chupetes de conito, las chispiolas, las cañitas; mientras otros
ofrecían a los adultos para que vengan a probar su “canelazo”. Los ruleteros y
el juego del diablo, la culebra, la casita, etc., “hacían de los ingenuos su
agosto”. Los cohetes reventaban y su sonido con su eco retumbaba, las luces multicolores
adornaban el firmamento, mientras se elevaban los globos, caían las parahuillas. Momentos antes que las
campanas de la iglesia empezaran a repicar, los castillos dos o tres de ellos se quemaban
a prisa, mientras los espectadores observaban lo que acontecía a su alrededor,
la banda de músicos comenzó a actuar interpretando un alegre sanjuanito, dando
inicio a la procesión con el “santo apóstol” porque salía para irse de visita
hasta la casa del prioste. Allí los “creyentes” se amanecían velando al santo,
mientras tanto en cada casa sus ocupantes madrugaban para sus quehaceres,
porque debían darse tiempo para acompañar al santo en procesión…todos fastuosamente
vestidos, pendoneros y borleros, todos caminaban en dos hileras, las
alumbrantes, rumbo al “estadio viejo” (parque Simón Bolívar) para la misa
campal que lo presidía siempre el Obispo, el párroco, con los sacerdotes
invitados.
Es prohibido olvidar el momento
que me mas me tiene impactado, la recolección de las limosnas, en saquillos
grandes de yute y las ofrendas que eran entregados por los “fieles” y almacenados
en los patios de la escuela “Vásquez Correa” , al más viajero, milagroso y
santo castigador: “AL APOSTOL SANTIAGO”.
Quiero terminar, contándoles el
último “mote” que le dieron a “Santiago el Apóstol”…Se comenta que todos los
que querían salir de este país –los migrantes- llegaban a la iglesia de este
cantón, con sus velas encendidas, se arrodillaban frente a la imagen y le
pedían al santo que les haga el milagro de pasarles sin peligro la frontera
hacia EEUU…es la razón por lo que le apodaron a nuestro santo como “EL
COYOTE” …es el único “coyote” al que jamás autoridad alguna le podrán poner
preso.
Cuenca, 30 de julio del 2013
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