martes, 30 de julio de 2013

"Todos los caminos conducen a SANTIAGO DE GUALACEO..."




RECORDANDO LOS VIEJOS TIEMPOS

ANTENA GUALACEÑA
“La voz de los pueblos del sol naciente”
Presenta:
“Un programa educativo, social y cultural, una producción dedicada exclusivamente para usted, con renovado esfuerzo y sentimiento, en el que conoceremos nuestra historia, nuestras costumbres, nuestros problemas regionales y nacionales, coadyuvando siempre con nuestras autoridades en la búsqueda de las soluciones más apremiantes de nuestras comunidades…”
Este programa fue realizado en RADIO CENTRO GUALACEO en el reconocido segmento, ”recordando los viejos tiempos” con el tema:

EL SANTO DE MI PUEBLO

Estas tierras por donde atravieza el RIO SANTA BARBARA,fue en tiempos de la colonia, que arrastraba oro en cantidades increíbles, pronto fue noticia, que se regó por todos los pueblos cercanos y lejanos, llegando hasta los oídos de los europeos, atrayendo a centenares de colonos y sus ansias de riqueza, afincándose en este grande y hermoso valle… llegaron también los frailes predicadores con la doctrina católica, fueron ellos quienes le dieron nombre y lo bautizaron como las tierras de Santiago a Gualaceo -esto sucedió hace mas de 450 años- en plena época colonial.

Esta tradicional fiesta religiosa se mantuvo de generación en generación, gracias a los priostes que en principio fueron los económicamente pudientes del centro cantonal, para posteriormente asignarse a personas que se desempeñaban como líderes de los distintos asentamientos humanos de las montañas, colinas y llanuras que rodeaban a este valle sagrado. Los “cabecillas” de las comunas que gozaban de respeto e influencia en esos asentamientos, eran los que los agrupaban a todos los hombres y mujeres en mayoría de edad y bautizados por la iglesia católica. Fueron múltiples las ocasiones que los frailes, se aprovechaban de la “ingenuidad” para imponer su credo y satanizar a todos aquellos que no comulgaban con sus propuestas, introduciendo el miedo  y haciendo creíble los posibles castigos que llegarían desde el cielo si no cumplían con sus preceptos. Se introdujo la celebración de las fiestas religiosas dedicado a los santos, en este caso la festividad del santo patrono de la villa de “Santiago de Gualaceo”…de aquello se desprende el temor que sentían los “feligreses” y se decía que el santo que era “bravo y castigador”…hasta cierto punto que se veían obligados por estas extrañas circunstancias, de pagar por el favor solicitado o los favores recibidos, llevando sus manos a los bolsillos y entregando como contribución la moneda o el billete de más alta denominación para la iglesia; este aporte económico era conocido en el florido lenguaje de enorme raigambre popular religioso  como “la limosna para el santo” y si no podía entregarse en dinero se lo tenía que hacer en los mejores productos de la cosecha, o con el mejor ganado…etc.”

Es histórico lo que ocurrió en nuestro pueblo hace muchísimos años…Fue mi abuelo Don Salvador Muy Atarihuana, hombre que lideraba gran parte de las comunidades campesinas, “cabecilla” de los priostes de Chicahuiña, Caguazhún, Chichin y gran parte de Jadán, que pasaban las fiestas de “Santiago” del día principal el 24 de Julio, únicamente hasta las 12 de la noche, les estaba permitido velar al santo, porque a partir de esa hora nuevamente el santo tenía que trasladarse al centro cantonal…Santiago el mayor, bajaba forrado de billetes, para ser velado por los “creyentes católicos” que les esperaban al final de una de las calles principales del centro urbano, la calle Loja.

Dejando pasar las fiestas de Julio, luego de una reunión encabezada por Don Salvador Muy A. con todas las comunidades bajo su responsabilidad, decidieron no participar mas como “PRIOSTES DEL DIA MAYOR”, debido a una serie de rumores, que los hizo insostenible e intolerable continuar prestándose para la celebración de estas festividades en conjunto con los priostes del centro cantonal…La reacción del “cura Zamora párroco del Cantón no se hizo esperar, mando a llamar a Don Salvador Muy , quien se presentó con una importante delegación, con honestidad y hombría de bien, le informó al representante de la iglesia católica, la decisión irrefutable de su comunidad, de no participar más con las fiestas santiaguinas del “día principal”…Esto no le gusto “al cura Zamora”” que montando en cólera pretendió agredir con un látigo, al “cabecilla” de esta indigna rebelión según manifestaba, pero los acompañantes de don Salvador impidieron esta agresión y lograron hacer respetar por primera vez en la historia sus propias resoluciones comunitarias…Esta rebelión marco un precedente, para que no vuelva a existir jamás agresiones físicas por parte de los “presbíteros” asignados a nuestro cantón, en contra de sus “súbditos” (se los llamaba así a los fieles católicos).

El festejo a “Santiago Apóstol”, en tiempos de bonanza espiritual, debido también a la fama de castigador y milagroso que era considerado el santo, a pesar de la pobreza de sus “creyentes” fueron enormes los gastos económicos para las demostraciones culturales y artísticas, estas fiestas trascendieron fuera de los limites parroquiales, llegando su popularidad en los confines del austro y la región oriental. Cada año la feligresía aumentaba…una marea humana acompañaban estas festividades y recordamos todavía las millonarias recaudaciones económicas, las mismas que creemos que iban a las arcas de la Iglesia Católica, de un solo mes y sin contar con los aportes de los diezmos y primicias, que se cobraban desde tiempos inmemoriales.

Los creyentes “en los milagros” al ver multiplicada su fortuna, en agradecimiento llegaban por estos lares en “devoción” para entregar al santo lo mejor de su mies, de su hato ganadero: la mejor oveja, el mejor ternero, etc. Lo cierto es que estas fiestas religiosas se fueron extendiendo para todo el mes de Julio, porque todos pretendían ser “el mejor prioste”; el priostazgo se iba heredando en las familias o por un servil encargo, siempre con la venia de la vicaría pastoral.

A pesar de que nos pareciera irreal, pero habían días que salían hasta tres imágenes a distintos lugares, cada uno vestido con vistosos atuendos obsequiados anualmente por la misma feligresía…acompañados con priostes, alumbrantes para la procesión, la banda del pueblo, y el carro de cajón alquilado que transportaba los juegos artificiales y pirotécnicos: el castillo, la vaca loca, los cohetes, las parahuillas, las bengalas, los ratones, enfilaban rumbo a su propia comunidad que esperaban su arribo.

Aquí y allá se prendía la fiesta, la algarabía se desencadenaba; los jovenzuelos a subirse al palo encebado, mientras los cohetes con su eco retumbaban en el firmamento, mientras se prendían la mecha para elevar a los globos con colores llamativos se elevaban llevando las oraciones al cielo…mientras esto sucedía por acá…por allá los adolescentes se ingeniaban buscando aprovechar el momento para lanzar sus primeros dardos de conquistadores a las “güambronas” del lugar, mejor si era la hija del prioste…mientras otros se destacaban desgastando sus energías, en las competencias con los carros de madera, los ensacados o jugando a su deporte preferido “el indor fútbol” el deporte de la pelota chica; mientras en la plaza grande hacían su aparición el “juego de la escaramuza”…llegada la noche, y luego la madrugada el santo era velado con centenares de “velas prendidas”, mientras los billetes con alfileres e imperdibles eran prendidos en el ropaje del “santo patrono”, como le trataba la gente…los músicos no descansaban, la serenata desde las cinco de la mañana marcaba el despertar alegre por ser un día de fiesta…entre trasnochados y “chuchaques” , mas dormidos que despiertos, el santo arribaba a la iglesia “madre”, allí estaba, nunca faltaba, prestamente los recibía el sacristán del pueblo don Víctor Cada, el único encargado de descargar al santo de tan pesada carga “los billetes”, cambiarle de vestimenta y dejándole expedito para un nuevo recorrido…por tantas salidas y recorridos le dieron al santo el “mote” de “el andariego”.

En cierta ocasión el Rvdo. Padre Humberto Zalamea (+) me había comentado, que durante estas festividades de julio, dedicado al Apóstol Santiago llegó con el sacristán, y el maestro de capilla a cierta comunidad para celebrar la santa misa y se encontró con una tremenda sorpresa, que no había nadie, ni siquiera alguien quien me reciba y me puse a esperar, porque tampoco no teníamos quien escuche la misa…al único que encontré solito de pie fue a la sagrada imagen del “Apóstol Santiago”… todo esto se debió a que habían bailado y bebido toda la noche, hasta ver el amanecer…Nelson me dijo el padrecito, me arme de muchísima paciencia  y me dije consolándome a mí mismo…señor, “son cosas que me depara la vida”…la noticia que el padrecito había llegado y estaba esperando recorrió el vecindario y mas dormidos que despiertos, de uno en uno iban apareciendo para participaron de la santa eucaristía…el santo sacerdote aprovecho de su sermón para dejarles nuevecitos…y todos dijeron hasta el próximo año santo patrono.

Las vísperas del 24 de julio se celebraban con toda pompa, a los compas de la música de las bandas del pueblo, o de la zona militar, todos alegres, sin importar el frio, caminábamos todos alrededor del parque central, los encuentros entre amigos, familias enteras se daban cita en este lugar, los ambulantes de apellido Moreno, nos anunciaban la venta de sus clásicos chupetes de conito, las chispiolas, las cañitas; mientras otros ofrecían a los adultos para que vengan a probar su “canelazo”. Los ruleteros y el juego del diablo, la culebra, la casita, etc., “hacían de los ingenuos su agosto”. Los cohetes reventaban y su sonido con su eco retumbaba, las luces multicolores adornaban el firmamento, mientras se elevaban los globos,  caían las parahuillas. Momentos antes que las campanas de la iglesia empezaran a repicar,  los castillos dos o tres de ellos se quemaban a prisa, mientras los espectadores observaban lo que acontecía a su alrededor, la banda de músicos comenzó a actuar interpretando un alegre sanjuanito, dando inicio a la procesión con el “santo apóstol” porque salía para irse de visita hasta la casa del prioste. Allí los “creyentes” se amanecían velando al santo, mientras tanto en cada casa sus ocupantes madrugaban para sus quehaceres, porque debían darse tiempo para acompañar al santo en procesión…todos fastuosamente vestidos, pendoneros y borleros, todos caminaban en dos hileras, las alumbrantes, rumbo al “estadio viejo” (parque Simón Bolívar) para la misa campal que lo presidía siempre el Obispo, el párroco, con los sacerdotes invitados.

Es prohibido olvidar el momento que me mas me tiene impactado, la recolección de las limosnas, en saquillos grandes de yute y las ofrendas que eran entregados por los “fieles” y almacenados en los patios de la escuela “Vásquez Correa” , al más viajero, milagroso y santo castigador: “AL APOSTOL SANTIAGO”.

Quiero terminar, contándoles el último “mote” que le dieron a “Santiago el Apóstol”…Se comenta que todos los que querían salir de este país –los migrantes- llegaban a la iglesia de este cantón, con sus velas encendidas, se arrodillaban frente a la imagen y le pedían al santo que les haga el milagro de pasarles sin peligro la frontera hacia EEUU…es la razón por lo que le apodaron a nuestro santo como “EL COYOTE” …es el único “coyote” al que jamás autoridad alguna le podrán poner preso.
Cuenca, 30 de julio del 2013

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