lunes, 22 de julio de 2013

LAS VACASIONES en Gualaceo. ideal para las caminatas...



Recordando los Viejos Tiempos:

ANTENA GUALACEÑA
“La voz de los pueblos del sol naciente”
Presenta:
“Un programa educativo, social y cultural, en 120 minutos, una producción dedicada exclusivamente para usted, con renovado esfuerzo y sentimiento, en el que conoceremos nuestra historia, nuestras costumbres, nuestros problemas regionales y nacionales, coadyuvando siempre con nuestras autoridades en la búsqueda de las soluciones más apremiantes de nuestras comunidades…”

Este programa lo realizábamos en RADIO CENTRO GUALACEO con el segmento ”recordando los viejos tiempos” con el tema:



EXCURSION A CUZHIN…UNA LEYENDA


Por Dr. Nelson Muy Lucero MD
Para hablar del hermoso valle de Gualaceo, nos trasladamos al sur del país,  de este prospero cantón azuayo, un milenario pueblo, queremos relatarles una historia jamás contada. 

Para orientarnos en nuestra excursión al cerro “Cuzhín”  debemos conocer, su área geográfica. Este cantón se encuentra atravesado por el río Santa Bárbara, rodeado de sus cumbres que son Capzha, Tres Cruces, Zharbán, Callasay, Pagrán, Zhordán, Maylas, Collay, Huinzhún, al margen izquierdo del río Santa Bárbara, se extiende una cordillera llamada Aguarongo, a 3.000 ms de altura, dentro de éstas existe una gran cantidad de cerros, montes y montañas, destacándose las elevaciones de Cuzhín, Malán y Llintig, que se extienden hasta el cerro de tari (pishi) en la parroquia de San Juan. 

A todos ustedes que sin duda alguna están escuchando esta programación radiofónica, les invito a cerrar sus ojos y que borremos por un momento de nuestra mente los sinsabores de la vida y concentrémonos trémulos en una caminata que por cierto fue extenuante cuando aquella vez lo realizamos junto a un grupo de amigos…entonces preparémonos, hoy nos vamos de excursión…

Ahora será “Cuzhín” el punto más alto de la cordillera ubicada al oeste del centro poblado…a ese lugar  podemos llegar por dos rutas, por la vía Gualaceo-Quimzhi-Dotaxí o por la Gualaceo-Chicaguiña-Caguazhún-Jadán…la segunda es nuestra mejor opción. 

Son las 5 AM, de la madruga, cargando nuestra mochila de contenido diverso (una botellita de agua, sodas, pan, atún y el infaltable trocito de panela)…con decisión y buena voluntad emprendimos la marcha…no faltaron los despistados y aquellos que a última hora se unieron al grupo, que con cierto aire de preocupación mirándose los unos a los otros, querían saber y preguntaban…¿a dónde nos vamos?... si conocen la ruta…podríamos perdernos?...caramba no nos preocupemos…miremos todos arriba, muy arriba en el horizonte…desde el centro cantonal, empezamos el ascenso para ir descubriendo paso a paso aquella envidiable naturaleza que nos circunda…así caminando podemos ir a cualquier punto de nuestra inconmensurable geografía…miren allí esta…ese es nuestro objetivo…allí esta frente a nosotros “aquel cerro“ que no sabemos quién o quienes lo bautizaron con el nombre de “EL GRAN CUZHIN” se nos muestra inmóvil,  imponente y desafiante para que nos atrevamos a coronarlo y nos paseemos en sus pajonales, acompañados de helados y fríos ventarrones…claro que lo vamos a lograr…el ascenso continua sin descanso, unos en silencio…otros como siempre conversones, los más jóvenes  sonrientes, graciosos y juguetones…algunos trastabillan por los empujones…unos pocos concentrados en la caminata avanzan en la fría madrugada por el pedregoso sendero  eludiendo a los espinosos pencos bien enraizados en la vera del camino, cruzando laderas llenas de sigsales, árboles milenarios del cañaro, guavizales y capulíes, las atrayentes moras, maduras y tiernas, con tallos y ramajes entrecruzados, dando forma a una malla espinosa infranqueable impidiendo que nos desviemos de la ruta, más de un personaje se paraba  para descansar y degustar la agridulce fruta. De las arboledas y arbustos se escuchaban el trinar musical de las aves y el murmullo que producía el viaje del agua por una “acequia o canal de agua”…creo que deberíamos hacer un pequeño tambo, para poner algo a los vacios estómagos, especialmente de los más pequeños…fue solo un momento el descanso, para refrescar los rostros sudorosos y enrojecidos por el esfuerzo…Eufóricos los más pequeños nos traían la buena noticia…ya salió el sol…alegres y contentos, vemos como el astro rey hacía su aparición por el oriente, este sol naciente y mañanero nos anunciaba que será un espléndido día… los ponchos, los sacones, y las chompas. fueron rápidamente desenfundados y escondidos en las mochilas…silbando, cantando, y gritando los excursionistas avanzaban, mientras los encargados de poner orden empezaron a hacer respetar su función…dejen de empujar…se van a caer….José ven pásate para acá…se están poniendo tensos, es mejor acampar por unos cuantos minutos…vamos a tomar un cafecito, en fila y cada uno con su vaso en completo orden…algunos no trajeron su pan y tenemos que compartir…un sentimiento de alegría invadió nuevamente al grupo…es el momento de retomar la ruta…los que ya lo conocían comentaban…que las quebradas se secaron y solo quedaba una profunda cicatriz como huella por donde hace algunos años atrás, era recorrido por un torrente de agua fría, límpida y dulce, que bajaba desde las alturas…era justo aquí, donde rellenábamos nuestras botellitas con agua y continuábamos como hoy cuesta arriba, a los lados crecían una gran variedad de nativas plantas y flores, era de verdad un paraíso; de un periódico hacíamos un barquito de papel y lo soltábamos en la pequeña correntada…este relato en los mas jovencitos, que por primera vez ascendían se percibió como un halo de nostalgia que los invadió,  porque para ellos ya no estaba el arroyuelo, para poder saborear lo que otros adolescentes en su tiempo pudieron gozar de los verdes prados y su vegetación exuberante, para este tiempo lo hemos perdido todo…el mas pequeñín del grupo con aires de optimismo dijo…sigamos puede ser que lo encontremos más adelante…Hasta los caminos se están borrando, ya no hay árboles, todo está árido, piedra sobre piedra, en estos parajes la tierra se volvió infértil…a quien culparemos por tanto desastre…pero por supuesto la culpa lo tiene el más grande  y famoso depredador el hombre… ya sentimos el cansancio, sudorosos decidimos acampar, mientras esperamos a los “atrasados”, unos sentados sobre grandes piedras escudriñándolo todo a su alrededor, otros cobijados bajo la sombra del único árbol que quedaba por la zona, como único testigo que quizás guardaba los secretos de lo que allí ocurrió con el paso de los tiempos…Todos como si alguien lo hubiese pedido hicieron un minuto de silencio , como si repasáramos la lección, deshojando las páginas de un pasado inexorable...que solo lo volveremos a repasar en un programa como este “RECORDANDO LOS VIEJOS TIEMPOS”.

Luego de comer nuestro fiambre, con alguna que otra fruta y masticando raspadura, emprendimos el tramo final del viaje…entre murmuraciones algunos decían, mucho descanso, ya debíamos haber llegado…apresurando el paso y suspirando por el cansancio, en una llanada nos dejamos caer…por fin hemos arribado…esto es “el cerro de CUZHIN” …este es el monte sagrado, desde aquí se adoraba a la luna, la diosa cañarí…Esa CRUZ, fue colocado allí  como EL SIMBOLO DEL CATOLICISMO, representando a la llegada de los españoles y su religión…desde este cerro el más alto de la cordillera del Aguarongo, los cañarís, grandes guerreros vigilaban su imperio y desde aquí las quipas emitían un lúgubre y espectacular sonido, esperando la respuesta de los centinelas que cuidaban las puertas de entrada a sus dominios. Desde este punto el más alto de la cordillera ubicada al oeste del centro poblado, desde aquí estamos observando los inmensos valles de Gualaceo, Cuenca, Azogues, Paute, Chordeleg, Sígsig territorios que en su momento estaban siendo ocupados por los Cañarís.

Aquí está la extensa y majestuosa planicie y su cruz de palo, maltratada por la intemperie, los vientos helados y la neblina nocturna nos esperaban. ..allí esta ese bosque que aún nos queda como reserva natural, formando parte de la cordillera del AGUARONGO, con su fauna (venado, quillichugo, colibrí, pájaro carpintero, raposo, añas, mirlos, puerco espín, cuyes y conejos del monte…), con una flora inverosímilmente variada(el gañal, el aguarongo, guavisay, retama, aliso, quinua, arrayan, cascarilla y cedro, arboles de troncos gruesos que eran buen leño para hacer el carbón).

Este ambiente bulliciosamente natural nos daban la bienvenida…Lo logramos…un aire triunfalista recorrió por todo nuestro cuerpo…con nuestra mirada incrédula dominábamos los extensos y envidiables paisajes…miren por allá…miren por acá…todos se volvieron los conquistadores de ese enorme paraje…una pelota apareció en la escena, todavía quedaba algo de resistencia y porque no…se armo un partido el mismo que termino empatado…otro grupo fuimos en búsqueda de un “hueco profundo” que contaba mi abuelo, que allí existía, lo localizamos, estaba cubierta con maleza, lo despejamos y nos tendimos junto a él, apegando nuestro oído, se escuchaba desde las profundidades el sonido característico de una gran correntada de agua…era verdad lo que mi abuelo una cierta noche llena de estrellas y bajo la luna nos contaba…Caía la tarde, nos reunimos todos, estábamos completos, algunos de nuestros amigos se quedaban a acampar y una guitarra comenzó a sonar era la despedida para los que nos regresábamos…todos, absolutamente todos, agradecimos a nuestro creador su compañía y emprendimos el regreso…espero algún día volverlo a intentar y realizar nuevamente este recorrido, pero claro será con distintos actores y si la vida me lo permite, volveré…caso contrario lo harán, las otras generaciones, mis hijos, o mis nietos los que espero tomen esa posta como buenos hijos de esta bendita tierra…conociendo Gualaceo por siempre y para siempre…espero que esta excursión les haya agradado…creo que valió la pena…llegamos al “enigmático CUZHIN”… hasta pronto amigos.

A Gualaceo se puede llegar por vía terrestre. Desde Quito hay una distancia de 462km y una duración de viaje de 12 horas y, desde Guayaquil 286 km en 5 horas aproximadamente. Desde Cuenca se llega en 25 minutos.
(Esta versión fue mejorada y redactada por el Dr. Nelson Muy Lucero)

Cuenca, 18 de julio del 2013

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