miércoles, 30 de mayo de 2012

CONSULTORIO ONLINE: “Consejos para bajar de peso sin hacer dieta”


Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD

La clave para perder peso es la combinación de una buena dieta y ejercicio, pero recuerda que necesitas hacer un cambio de vida; es decir, fijarte objetivos que verdaderamente te sirvan.
Aquí te dejamos algunos CONCEJOS para que le des un impulso a tus metas y bajes de peso.

1.     Beber suficiente agua.

Significa quemar más calorías. Otro beneficio de beber agua regularmente al día es que te sentirás llena, y no tendrás que comer alguna GOLOSINA porque sientes un vacío en el estómago.

2.     Dormir lo necesario.

Una de las claves para no aumentar tu peso es dormir suficiente; Los que duermen poco comen más que los que habían descansado bien.

3.     Controla las porciones que comerás.

Evita comer en exceso. Ingiere la mitad de lo que regularmente comes.

4.     Se recomienda beber té verde.

Investigaciones han comprobado que beber té verde puede ayudar a tu metabolismo a quemar 400 calorías a la semana; además es un fuerte antioxidante.

lunes, 28 de mayo de 2012

Con sentimientos de gualaceñidad -III PARTE-

RECORDANDO LOS VIEJOS TIEMPOS

 LOS MONUMENTOS Y PERSONAJES DE MI PUEBLO

Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD
“Desde la terraza de mi casa, en el corazón patrimonial, viajo visualmente observando a lo lejos los verdes prados, colinas y montañas de mi pueblo, que cobijados con el firmamento bordado de nubes con diversas y  bellas formas confeccionadas como un manto, llenas de luminosidad proporcionada por la influencia de la milenaria estrella mayor, resaltando aún más la belleza natural de este cantón...Vuelvo a sentarme frente a frente al monitor, de inmediato como musas se despertaron en mi memoria los múltiples recuerdos sobre los pintorescos monumentos y personajes de mi infancia...Estas versiones son de hace mucho tiempo atrás, de aquellas décadas del 50, 60 y los 70, capturados mediante la percepción de un niño que acumulaba almacenando los hechos de una forma muy singular. ..Después de tantos años de atesorar esos momentos, ha llegado la hora de compartirlos con ustedes pero siempre acompañados por una gran dosis de nostalgia, por los tiempos idos y que no regresarán”.

  • El antiguo “estadio” de Gualaceo.
Aquel estadio estaba localizado donde hoy se emplazan el parque “Simón Bolívar”, el cuerpo de bomberos, y otras sedes sociales.

Para hablar del antiguo estadio no podemos dejar de nombrar a la calle D. Chica, por cuanto esta fue la calle por donde desfilaban los equipos para los campeonatos o partidos ocasionales programados en festividades religiosas o cantonales, acompañados siempre por las “bandas de pueblo”, haciendo más interesante y festivo el deporte cantonal.

Este estadio tiene su propia historia, inclusive antes de mi existencia...aquellos jugadores saltaban al campo de juego, en medio del bullicio de su gente, se les observaban a los espectadores conformando grupos en los distintos espacios alrededor de la cancha, junto a los pencos, sin respetar las cercas, subidos en los terrenos aunque laderosos fueron utilizados como si fueran tribunas, todos entusiasmados esperaban el momento que la reina de la Liga o la reina del cantón de su “puntapié inicial” y el árbitro sentencie con su pito el inicio del partido...los jugadores “liguistas” como si se tratasen de “gladiadores romanos se botaban a la arena” rodeados de aquel marco asistencial al que asistía todo un pueblo que en silencio observaban detenidamente los acontecimientos en la cancha de juego ...eso es foul...gritaban enardecidos los dueños de casa y el árbitro comenzaba a temblar, pero todos esperaban la llegada del ¡goooool...” para gritarlo a todo pulmón y si era acompañado con el triunfo de sus muchachos el festejo era completo, los comentarios de aquellos partidos duraban toda una semana, en cada reunión de familiares o amigos se reeditaban los principales momentos o pasajes de aquellas jugadas, que para ellos fueron considerados fenomenales...fueron incontables los jugadores que pasaron y sudaron la camiseta en este escenario deportivo...las fantásticas jugadas quedaron grabadas únicamente en las retinas de los espectadores de aquellos “maestros del balón” que dieron lustre al deporte gualaceño, es y seguirá siendo la razón para no olvidarnos de: Alberto Avecillas alias “el caballero”, Manuel Lituma alias “el mimito”, Enrique Álvarez alias “el mosquito”, Florencio Webster, Jesús Molina, Herminio Álvarez alias “el campeón”, López alias “el tutulo”, Lautaro Berzosa, Edgar Avecillas, El “Spenser gualaceño”,  Avecillas alias “el ñato”...no están todos pero seguiremos recordándoles, a aquellos que con esfuerzo, y derroche de energías supieron entregarse en la cancha y brindar alegrías a una hinchada auténticamente popular.

Cuantos triunfos y derrotas se cosecharon, en este espacioso campo de tierra y piedrecillas al que llamábamos estadio, porque allí se plantaron dos arcos y sus áreas señalizadas con tierra blanca o cal...así era nuestro estadio...aquí se jugaba, sudando la camiseta por ese amor al deporte, bajo un extenuante calor solar y la algarabía de los asistentes que ponían los gritos de emoción...en cada uno de aquellos momentos de tantos partidos y fue en uno de aquellos que se escucho la voz de un padre que grito emocionado: ¡goooool...goooooool de mijo!...ese es mi hijo carajo...¡goooool de mijo...! en la memoria de los espectadores que lo escucharon así quedo gravado...mientras la emoción embargaba a los asistentes, la banda de pueblo nos deleitaba con su música, por supuesto siempre y cuando el triunfo sea del equipo dueño de casa; mientras tanto en otro lugar y momento don Manuelito “el heladero del pueblo” terminaba temprano...como nunca, de expender sus deliciosos “helados de coco y leche de vaca doncella”, según publicitaba con sus propias palabras...los confiteros del pueblo también satisfechos porque su negocio fue bueno...así vivía por aquellos tiempos, era un pueblo que avanzaba a paso lento pero seguro...hasta siempre y para siempre GUALACEO.

El desarrollo educativo de Gualaceo
Con los Institutos educativos artesanales, se dio forma al actual parque educativo del cantón; marcando el comienzo de una nueva era para capacitar a tanta juventud, explotando sus atributos y habilidades, para las mujeres la capacitación en la academia de corte y confección y para los varones en el primer instituto artesanal con mecánica industrial y carpintería. Las madres dominicanas trabajaron por las mujeres gualaceñas y Jorge Acosta y su grupo de apoyo (Alfredo Berzosa, Efraín Muy, Luis Encalada, entre otros miembros de la Sociedad Obrera “Oriente Azuayo) por los varones gualaceños; actuaron de este modo como verdaderos íconos urbanos en el desarrollo educativo del cantón.

Los planteles educativos de Gualaceo 

  • La escuela de los Hermanos Cristianos: 
Había sido considerado como un verdadero templo del conocimiento humano, exigentes, temidos pero responsables,  entregaron promociones de estudiantes que dieron lustre a nuestro cantón. Estaban tan bien preparados que sus conocimientos en los seis años de primaria fueron considerados haber cursado hoy los seis años de bachillerato. Tamaña verdad, pero tenemos que reconocerlo y lo han demostrado muchos de sus alumnos en el mundo profesional.

Como anécdota se contaba por el pueblo que uno de sus estudiantes quizás el mas aprovechado de su clase fue felicitado frente a todo el alumnado por sus maestros, recibiendo personalmente su libreta, pero resulta que al llegar a su casa le entrego a su Madre, quién observando la libreta se entera que su hijo había sacado una calificación de OPTIMA montó en cólera, por pensar que era la peor de las calificaciones, propinándole a su hijo tremenda zurra o castigo...pero días después, por su propia cuenta se enteraba que su hijo había sido reconocido como el mejor estudiante y las felicitaciones continuaban llegando de sus amistades...pero su premio ya había sido entregado.
  • La escuela “Santa Rosa de Lima” de las Madres Dominicanas.
El preparatorio o periodo de iniciación, antes de la etapa escolar, era una realidad por aquellas épocas.
Las religiosas en uno de los patios mantenían un tanque reservorio de agua, el mismo que era grande y profundo, en los recreos más de un alumno caía en él y los gritos de la niñez salvaban a los aprendices de nadadores, porque las monjitas con agallas lograban atraparlos de los tirantes y halarlos hasta los bordes del tanque haciendo las veces de los famosos salvavidas.

A las monjitas les encantaban los regalitos de algunos padres de familia, para que sus representados pudiesen ser promovidos de año. De todo hay en la “viña del señor”.
  • La escuela “Brasil”.
  • La escuela “Mercedes de Jesús Molina”
  • La escuela “Mercedes Vázquez Correa”
Cuantos años han transcurrido de las promociones pasadas y con el transcurrir del tiempo nos continúan entregando a la sociedad, hombres y mujeres formados en cada uno de estos establecimientos educativos...nuestro reverente saludo a aquellos maestros que con su vocación de servicio hacen de estos centros educativos verdaderos “templos del saber” modelando a la niñez con la siembra de valores.


“Aquí tienen su oportunidad todos aquellos estudiantes que fueron de las distintas promociones en estos establecimientos educativos de contarnos sus anécdotas. Vamos anímense, cuéntennos  para juntos saborear aquellos bellos y eternos momentos que pasaron por aquellas banquitas de su escuelita...”



viernes, 25 de mayo de 2012

CONSULTORIO ONLINE

La ANTICONCEPCION Y la SALUD DE LA MUJER
Bienvenida al consultorio online sobre anticoncepción y salud de la mujer. Queremos recibir tus preguntas y entregarte respuestas sobre métodos anticonceptivos.
Haz tu consulta ahora, sal de dudas y pregunta a un profesional  en el mundo de la anticoncepción todo lo que nunca te has atrevido a preguntar sobre métodos anticonceptivos femeninos. Esta es tu oportunidad, totalmente anónimo, respuesta en 48 horas.
Este espacio está destinado al cuidado de la salud de nuestras usuarias, sus familiares o amigos.
CONSULTANOS  al siguiente mail:  nelsonmuy@hotmail.com
nemuy@etapanet.net
Mitos en la Anticoncepción
1.     Los anticonceptivos hormonales provocan aumento de peso.
FALSO… La preocupación por el peso y los cambios físicos inducidos por el uso de anticonceptivos hormonales es un motivo frecuente de comentarios entre las usuarias. Se han realizado diversos estudios evaluando los posibles efectos secundarios y seguridad de estos métodos y, aunque el cambio de peso no era la variable principal estudiada se ha valorado de forma específica en la mayoría de ellos.
La rigurosidad científica exige ciertos criterios de calidad en la investigación y, basándonos en las pruebas de los estudios que cumplen estos criterios, nada sugiere la existencia de un efecto positivo o negativo en el peso corporal entre las usuarias de contraceptivos hormonales combinados.
Por otra parte, los preparados disponibles actualmente difieren notablemente de los utilizados inicialmente tanto en dosis hormonal como en lo relativo a la composición en gestágenos. Los principales mecanismos que podían explicar las variaciones de peso declaradas por las usuarias de los primeros preparados eran: cambios en el sistema que regula entre otras la función del riñon, una mayor retención hídrica y cambios en el metabolismo de los hidratos de carbono. Sin embargo, la disminución en las dosis de estrógenos empleadas y la aparición de nuevos gestágenos han permitido un cambio muy favorable del perfil de efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales.
Todos los estudios y revisiones disponibles señalan por tanto un nulo o mínimo efecto de los contraceptivos hormonales combinados en el peso corporal, cuyas variaciones, de producirse, deben ser atribuidas al propio paso del tiempo y/o cambios en la alimentación y hábitos de vida de la usuaria, pero no al contenido hormonal del preparado.
Respecto a los anticonceptivos hormonales sólo gestágenos, los trabajos realizados sugieren también muy escasos efectos sobre el peso corporal, con aumentos inferiores a 2 kg tras 12 meses de uso en los casos en los que se detectó alguna variación.

2.     El uso prolongado de anticonceptivos hormonales combinados provoca esterilidad

FALSO… Este es un mito ampliamente extendido. Comprender cómo funcionan los anticonceptivos hormonales permite entender también porqué son métodos de control de la natalidad completamente reversibles.
El mecanismo de acción principal de los anticonceptivos hormonales es la supresión del eje hormonal femenino, es decir, detener temporalmente la ovulación.
Los óvulos que va a desarrollar una mujer a lo largo de su vida se encuentran en el ovario almacenados y se van “gastando” hasta la menopausia. Su desarrollo está controlada por hormonas secretadas por una glándula llamada hipófisis, controlada a su vez desde el cerebro. Cuando se administra un anticonceptivo hormonal, dichos centros de control hormonal interpretan que el nivel de estrógenos y progesterona circulantes (aportados por el anticonceptivo) es suficiente, por lo que interrumpen su función de secreción de las hormonas que estimulan la ovulación. Así, el ovario no recibe el estímulo necesario para que se desarrollen los lugares donde están los óvulos, los folículos, y queda en un estado de “reposo”.
Una vez se suprime la toma del contraceptivo, los niveles de estrógenos y progesterona bajan, lo que es también detectado por el hipotálamo y la hipófisis, que reanudan su función. Por ello, tras el cese del anticonceptivo los ciclos naturales se restablecen casi inmediatamente, produciéndose únicamente un ligero retraso en la ovulación del primer ciclo. Al restablecerse la ovulación, se restablece también la fertilidad.
Por ello la tasa de infertilidad entre ex-usuarias de anticonceptivos hormonales no muestra diferencias respecto a la tasa de las mujeres que nunca han utilizado anticoncepción hormonal.

miércoles, 23 de mayo de 2012

NOTICIAS DESDE GUALACEO: “Un profesional que sigue triunfando...”


Ayer martes  22 de mayo del 2012, EL ARQUITECTO Y MAGISTER NELSON MUY CABRERA, Profesor de la Universidad Técnica de Ambato, llegó a nuestra ciudad "Atenas del Ecuador", como profesor invitado, para dictar una CONFERENCIA MAGISTRAL en un Seminario Organizado por la FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE CUENCA, junto a otros ponentes de ARGENTINA, BRASIL, ECUADOR Y COLOMBIA...Felicitaciones Arquitecto y éxitos en su trayectoria profesional.

martes, 22 de mayo de 2012

Con sentimientos de gualaceñidad - II PARTE-

Los monumentos de mi pueblo


Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD

“Desde la terraza de mi casa, en el corazón patrimonial, viajo visualmente observando a lo lejos los verdes prados, colinas y montañas de mi pueblo, que cobijados con el firmamento bordado de nubes con diversas y  bellas formas confeccionadas como un manto, llenas de luminosidad proporcionada por la influencia de la milenaria estrella mayor, resaltando aún más la belleza natural de este cantón...Vuelvo a sentarme frente a frente al monitor, de inmediato como musas se despertaron en mi memoria los múltiples recuerdos sobre los pintorescos monumentos y personajes de mi infancia...Estas versiones son de hace mucho tiempo atrás, de aquellas décadas del 50, 60 y los 70, capturados mediante la percepción de un niño que acumulaba almacenando los hechos de una forma muy singular. ..Después de tantos años de atesorar esos momentos, ha llegado la hora de compartirlos con ustedes pero siempre acompañados por una gran dosis de nostalgia, por los tiempos idos y que no regresarán”.

El parque central del cantón Gualaceo
El parque central, fue sometido a muchas intervenciones, podríamos llamarles completamente “desastrosas”, porque aquellos tiempos la voz de la niñez y la juventud jamás fueron tomados en cuenta...”como me gustaba aquel parque”, rodeado de un muro de cipreses, al igual que en su interior con una gran variedad de plantas ornamentales.

El contorno de este parque estaba cerrado, con  verjas y puertas en sus cuatro esquinas y costados con armazones de hierro forjado y dos banquetas de madera en cada costado que se prestaban para el descanso de los transeúntes, visitantes o de las personas de la tercera edad.
En el centro de este parque se encontraba un estanque y sobre este una glorieta construida en madera de un piso y fácilmente desmontable, que lo utilizaban como escenario para las retretas. Las retretas de antaño forman parte de una auténtica tradición popular. En la glorieta se realizaban las presentaciones artísticas y de las orquestas que en las fiestas tradicionales eran animadores de los bailes populares, eventos que eran aprovechados por la juventud de entonces, para sus escapaditas para el flirteo, el enamoramiento y los encuentros clandestinos. Este parque es fiel testigo de esa vieja época de cuantos “si te quiero” arrancaríamos a las muchachas de ese tiempo. Todo parece un sueño, “pero fue real”.

En este espacio natural se percibía aquella emanación aromática de sus flores y plantas. Una de esas plantas sembradas con preferencia en los parques de esa época, era el clásico floripondio, de cuyos  ramajes emergía una flor blanquecina de forma acornetada; siendo el calor solar del medio día lo que producía el desprendimiento de un aroma que provocaba un exquisito y dulce sueño. Estas plantas habían sido sembradas estratégicamente porque gracias a su frondoso ramaje daba cobijo a las bancas donde siempre descansaban los mismos tres o cuatro respetables adultos mayores de la localidad, que luego de tanto conversar se quedaban dormidos al decir de los vecinos por culpa de la vejez, pero hoy sabemos la verdad, que el único culpable de ese poderoso sueño fue el estar bajo la acción del contundente floripondio.

Por allí siempre estaba “el cascarrabias” un viejo y hábil “cuidaparques” que pasaba su tiempo usando sus tijeras, serrucho y otras herramientas para la poda, dándoles el último toque a los arbustos y cipreses en variadas e imaginativas formas. En otros momentos persiguiendo a los niños y adolescentes que llegaban a este parque a jugar...los echaba según él porque venían a destruir las plantas.

Un mañana soleada, caminando por uno de las camineras del parque, al pasar junto a un par de turistas cargados sobre sus hombros una mochila y su cámara de fotos, preguntaban a un grupo de jóvenes que frecuentaban esta zona, ¿cuál es el nombre del parque?...los jóvenes sorprendidos se miraron entre si y avergonzados respondieron ¡que no lo sabían! y para que no nos siga sucediendo lo mismo es mejor que no lo olvidemos, porque su nombre es histórico y como si estuviésemos en aquella lejana escuelita...en la materia de lugar natal, ¿se recuerdan?...entonces repitamos...¡Nuestro parque central lleva el nombre de 10 de agosto!...como dirían nuestros profesores, “que no se nos olvide nunca”.

La vieja iglesia del cantón Gualaceo:
La Iglesia vieja de la parroquia, una obra que hoy podría haber sido considerada un monumento símbolo del colonialismo español, fue destruida por gestiones realizadas por un sacerdote gualaceño Guillermo Andrade Moreno y el obispo de esa época Monseñor Manuel de Jesús Serrano Abad, dándose paso al fácil derrocamiento de la vieja y colonial iglesia, aplacada por la construcción inmediata de la actual iglesia matriz.
La iglesia era una edificación singular. Ubicada perpendicularmente a la plaza, es de planta rectangular, cumpliendo de manera muy aproximada la relación de tres veces el largo de la nave que el ancho. Hacia el lado de la epístola se encontraba, próximo al ingreso, el baptisterio, pequeña habitación donde hubo una pila de piedra o mármol y la escalera de acceso al coro y al campanario. El coro, sobreelevado del nivel de la nave, estaba iluminada por una ventana de más de dos metros de alto. El coro está resguardado por una balaustrada de madera muy simple. El campanario, al que se accede por la misma escalera, es de planta cuadrangular, todo de madera y techumbre de quincha, estando apoyado sobre la torre, sólida estructura de ladrillo.
Tras el presbiterio, se encuentra la sacristía, pequeña habitación de techo plano con vigas de madera a la que se tenía acceso por dos puertas ubicadas simétricamente al eje del altar mayor.
 Este tipo de ambiente ofrecía la posibilidad de disponer de una mayor capacidad de congregación de los fieles, a la vez que más espacio para mayor afluencia de gente. La entrada principal se efectuaba por la puerta de apertura a la plaza pública o parque central. La llamada puerta de abajo, era una salida lateral a la fachada sur. Aquí también se debe destacar el contenido de las capillas destinadas a las distintas celebraciones. Aquí se encontraban dos hileras de pilares de ladrillo y madera bien reforzados sobre una base de piedra, que sostenían el techado. Llamaba la atención junto al primer pilar en el fondo de la iglesia, el púlpito, una obra maestra en madera tallada de forma hexagonal, a la que se accedía por unas gradas, desde donde el sacerdote predicaba a sus feligreses. Los confesionarios tallados con figuras religiosas (en forma de torres de iglesias en miniatura) dos a cada lado igualmente en madera.  Los santos, los ángeles y las estampas del vía crucis estaban artísticamente distribuidos en las paredes laterales al interior de la iglesia. Mientras tanto un envejecido y encorvado maestro de capilla, con su cabellera blanca por el peso de los años, entonaba con las teclas del piano las sacrales y lúgubres notas de despedida al difunto en la última misa que se celebró en la vieja iglesia.
En aquella Iglesia Colonial, sobre su nave central se levantaba majestuosamente el monumento al santo patrono de la Villa de Gualaceo, el apóstol “Santiago el mayor” cabalgando sobre un brioso corcel blanco, monumento realizado en su totalidad con yeso, cabuya y carrizo, junto a él, a sus lados las torres con terminados de ladrillo, madera, carrizo y bahareque, en cuyo interior colgaban los campanarios del mas puro bronce.
 Este monumento religioso había sido una construcción auténticamente colonial. La hemos perdido porque siempre existieron los depredadores del patrimonio cultural.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Con sentimientos de gualaceñidad


Los monumentos de mi pueblo

Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD
“Desde la terraza de mi casa, en el corazón patrimonial, viajo visualmente observando a lo lejos los verdes prados, colinas y montañas de mi pueblo, que cobijados con el firmamento bordado de nubes con diversas y  bellas formas confeccionadas como un manto, llenas de luminosidad proporcionada por la influencia de la milenaria estrella mayor, resaltando aún más la belleza natural de este cantón...Vuelvo a sentarme frente a frente al monitor, de inmediato como musas se despertaron en mi memoria los múltiples recuerdos sobre los pintorescos monumentos y personajes de mi infancia...Estas versiones son de hace mucho tiempo atrás, de aquellas décadas del 50, 60 y los 70, capturados mediante la percepción de un niño que acumulaba almacenando los hechos de una forma muy singular. ..Después de tantos años de atesorar esos momentos, ha llegado la hora de compartirlos con ustedes pero siempre acompañados por una gran dosis de nostalgia, por los tiempos idos y que no regresarán”.

Las Iglesias Parroquiales.
Todos los asentamientos humanos existentes en todo el territorio cantonal, cuentan con una capilla o una iglesia parroquial, como una herencia viva del colonialismo español. Podría decirse desde cuando nuestro indio aprendió a decir la frase: “Dios se lo pague”. En los tiempos de la colonia el maltrato a los indios era pan de todos los días y en todos los lugares, y cuando un indio era torturado o azotado, parte del ritual consistía en que, al terminar la tortura, el indio debía besar el dorso de la mano de su torturador y decir “Dios se lo pague”, como para cerrar con “broche de oro” el acto de barbarie y humillación.

Estos edificaciones estaban destinados como centros de reunión para la adoración y culto; siempre que exista un asentamiento humano las iglesias debían ocupar un lugar preferente y central, a cuyo alrededor se ordenaban la construcción de viviendas. Estos lugares fueron considerados como símbolos de respeto y religiosidad del pueblo. No podía ser reconocida la existencia de un pueblo sin la edificación de una iglesia.

Las plazas del cantón Gualaceo.
Nuestro pueblo, como me gusta llamarlo a pesar de que hoy Gualaceo se ha convertido en una gran ciudad, como recuerdo del pasado, contamos todavía como fiel testigo del pasado con la existencia de la denominada plaza Guayaquil, que se resiste a desaparecer, a pesar que algunas fueron las autoridades que pretendían darle un uso completamente diferente, pero la oposición de su gente pudo más y allí esta, su suelo cubierto con el emblemático cemento, como fiel representante de la modernidad constructiva.
Esta plaza inicialmente de tierra, cuando llovía tremendo lodazal, estaba parcialmente empedrada y enmarcada por las calles av. 3 de noviembre, D. Chica, L. Ríos Rodríguez y la C. Cuenca. En la calle D. Chica junto al mercado estaba el estacionamiento de carros para el transporte a la ciudad de Cuenca, de las busetas santa bárbara y buses Santiago de Gualaceo. Siempre existió abierta competencia y rivalidad entre los dueños de estas unidades de transporte. En aquellos tiempos existió expectativa y oposición por su reubicación, porque algunos de sus pobladores manifestaban que el estacionamiento quedaría muy lejos.
Esta plaza contaba con los servicios de una bomba de gasolina, que perteneció a la familia Peralta, en la esquina de las calles Av. 3 de noviembre y C. Cuenca, la misma que desapareció luego de un voraz incendio, lo que ocasionó incertidumbre y pánico en toda la población.
Esta plaza tan tradicional, es nuestro referente económico, que vive adornado con los toldos de las vivanderas, siempre se la recuerda como la plaza del hornado, del refresco, de las comidas, de los granos y de las papas, porque aquí nuestras amas de casa encontraban de todo y se proveían domingo tras domingo de las frutas, legumbres y verduras, para toda la semana.
Al recordar estos lugares no podemos dejar  de mencionar a los estibadores, personajes populares e infaltables de las plazas y mercados, conocidos en nuestro medio como “los cargadores” que entregaban sus servicios colocando sobre sus hombros los bultos, jalando las canastas o empujando sus carretas siempre sonrientes, serviciales y atentos, creo que vale la pena como homenaje entregarles sus nombres para la historia de este pueblo, al “poto” Guillermo, al Lauro López y al “mushico” Piña, entre otros que al no recordar sus nombres, pero fueron en su momento parte importante del avance y desarrollo económico, y social de nuestro pueblo.
La popular plaza de ganado, donde se realizaba el comercio de animales y aves, estaba localizada en un lugar donde hoy se encuentra emplazado el hospital cantonal.
La plaza Manuel Cruz Orellana cumplía una función social importante, como el lugar destinado para el secado de la paja toquilla los días ordinarios y los domingos estaba destinado para el feriado, con ventas de bazar y ropa; es por ello que popularmente se la conocía como la “plaza de la ropa”.
La juventud  por aquellos años nos dábamos modos de buscar un sitio en aquella plaza para jugar el deporte preferido el indor – fútbol, con seis jugadores a cada lado del centro de la cancha, dos piedras como arcos y la competencia comenzaba, jugando con la pelota chica que iba y venía bajo la atenta mirada de sus hábiles y diestros jugadores, que gritaban a todo pulmón su gol cuando este se presentaba. Había momentos en que la pelota era lanzaba sobre la paja tendida, dejándose escuchar desde los balcones o umbrales de las casas vecinas el grito de protesta de sus dueñas para que “los malcriados” no la pisáramos....no le hagan caso y continuemos el partido era la decisión de todos sus jugadores...poco a poco nos fuimos ganando ese espacio, ya no era un partido, pues la diversión se extendió a las tardes enteras.
No se pierda la próxima edición...continuará...

lunes, 7 de mayo de 2012

La juventud de antaño...SUS LUGARES SELECTOS


Recordando los viejos tiempos:
 

 LA VIEJA CASONA de Don Jaime y sus billares...


Por: Nelson Muy Lucero, MD.
“La casa de los billares” de Don Jaime, quedaba en la calle D. Chica y Luis Ríos Rodríguez. Una casona de un piso, de tapiales, bahareque y techado de teja. Fue un lugar de vivienda, pero don Jaime fue acondicionando la gran sala y un amplio patio donde fueron emplazadas las mesas de billar...la noticia recorrió relampagueante y la juventud se enteró de la apertura de este centro de diversión según decían únicamente para mayores de edad. Cada cierto tiempo aparecía una nueva mesa, debido a que la demanda crecía. Para cada una de las mesas, al alzar la vista se observaba que estaba provista de un contador manual (arandelas de madera) que colgaba de un alambre dispuesto en forma horizontal.
Algunas “galladitas” (grupos de amigos de la misma edad) como la mía, sabíamos que no nos dejarían entrar al billar de don Jaime, pero nos dábamos modos de buscar la forma para que nos dejasen al menos distraernos viendo como juegan los mayores de 18 años en adelante.
El lugar era una casona antigua con paredes blanquecinas, lastimadas y descascarándose por capas sus paredes, por el paso de los tiempos. Lo único que quedaba era la sombra como en una cueva donde resaltaban el paño verde y sobre él, aquellas quince bolas en colores hechas de marfil. Allí se encontraban tardes enteras los amigos, curiosos y los jugadores de este pequeño pueblo. Eran los mismos que en su momento defendían a su comunidad, tanto allí como afuera.
Pero llegó el día...había cumplido mi edad... ya podía ir al billar de don Jaime. Ese día seria mi inauguración para codearme con la élite de los jugadorazos del pueblo.Ese día junto a mis amigos nos sentíamos grandes e importantes porque estábamos camino al gran salón de juegos, pero persistía el problema  de ser tan miedosos, junto a la preocupación del que dirán de la gente. Por aquellos años las veteranas “hijas de María”, eran peor que los “ojos de águila” en la actualidad. Entramos sin problemas. Claro, pero saludando a los presentes con seriedad, pero un tantito relajados. Es que teníamos que mostrarnos seguros.
Don Jaimito ármenos una
Me refería que acomodara la mesa de billar para jugar una partida.  Me dejaron romper y de suerte eché dos bolas en las troneras de cada esquina. Paguen antes nos reclamó el dueño y luego continuamos la partida. Cuando me tocó un nuevo turno de tirar entraron por la puerta principal “los molestosos del barrio”, el Ñuco, el Destruje, el “cotoviejo”, el pasa Calle del Max, el Getón, el “rapadura”, el peshelo, el andamio, el Cuy Pérez, el turr-turr, el osicón del rigo, el alambique, el “muto” Curillo,  los Peña, el Capacho, el Camilo, el lluchuma, al magueregue. Cuando vi aquel cuadro de jugadores comencé a sudar profusamente, los nervios se me apoderaron. Quería dar lo mejor. Cuando atiné, tiré la bola que se salió del billar y le pegué al Chullco en el pecho. Todo se paralizó. Fue todo accidental... No paso nada muchacho me dijeron.
Así se pasaban las horas y los días; de donde sea salía el dinero para pagar el tiempo de una partida; los mas “viciosos” se pasaban tardes enteras jugando, apostando y acompañados de una florida gama de insultos como de “yapa”...era común y corriente escuchar ese vocabulario tan popular, que se endilgaban entre los propios jugadores.
Nunca aprendí a jugar bien ese juego, no tenía el pulso firme. Sin embargo era imposible dejar de ir al billar de don Jaime, era el punto de encuentro de los campeones del pueblo, las apuestas llovían, al igual que las cervezas y el “contrabando”. Los “mirones” poco a poco iban abandonando el gran salón de juegos, rumbo a sus hogares, porque el anochecer se nos caía encima; había que llegar a casa donde nuestra santa madre nos esperaba para el correspondiente “ajuste de cuentas”.
Es curioso cómo todos estos juegos se repiten en los lugares más remotos, con la marca característica de cada lugar y cultura.
El juego siempre será un espacio y un tiempo de libertad, donde "todo se puede"
Gualaceo, 07 de mayo del 2012

martes, 1 de mayo de 2012

La conocí, era una EMPRENDEDORA MUJER...

Recordando los viejos tiempos:
 
La vendedora de HORCHATA...

Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD.
 

El vocablo horchata se cree que viene de la expresión de un notable personaje gobernante en Barcelona de España, cuando una hermosa mujer se le acerco y le brindó una típica bebida del lugar, que siendo de su agrado, levantando su mirada pronunció: “...esto es oro chata”.
Les hablo sobre la horchata, que fue y es una de las especialidades gastronómicas en Gualaceo, receta secreta y celosamente guardada por la familia Borja.
Todo comienza como un ritual, muy de madrugada, haciendo agarrar el fogón de leña, parando la olla grande, luego la cocción de los ingredientes, el arroz de cebada acompañado con los montes aromáticos y medicinales se iba obteniendo una bebida semiespesada de color rosado por el ataco. Bebida laboriosa por cierto, que se comenzaba a expenderla a partir de las cuatro de la mañana, en  aquellas eternas y frías madrugadas que se constituían como el mejor de los momentos para probarla y saborearla.
De hecho, debíamos caminar por las calles de mi pueblo y era fácil dar con el lugar donde se encontraba “mama lolita”(digno ejemplo de mujer y madre trabajadora)...aquella era la única vendedora ambulante, de las “madrugadas gualaceñas”, pues allí estaba, siempre en el mismo lugar, diagonal a la única iglesia del pueblo, junto al primer pilar de una casa colonial de la familia Guillén, bajita pero grande de corazón, sentadita en una pequeña banquetita de madera, toda ella cobijada con una chalina, observaba lo que ocurría a su alrededor pero junto a ella los infaltables baldes de hierro enlozado, también cubiertos por una chalina de lana para que las heladas madrugadas no le enfríen su contenido, que se presentaba lleno hasta el tope de aquella “saludable, deliciosa y solicitada bebida”.
Mujer hacendosa y emprendedora, “mama lolita”, tengo para vivir decía, aprovechando el calor y la pasión de la gente local por este delicioso brebaje.
Los primeros clientes que llegaban justamente eran los “trasnochadores”...”mama lolita” con su voz autoritaria les interrogaba... ¿con o sin?...rápidamente le respondían...con y bien cargado...a estas alturas ya no hay misterio que esconder...CON quería decir, con traguito de contrabando...SIN, para saborear únicamente aquella horchata, que humeante permanecía en sus recipientes, a pesar del frío de las madrugadas se tenía que soplar, para no quemarnos la boca.
Los clientes unos llegan y otros se van...caminando paso a paso, cuyo eco se escuchaba que se alejaba o se acercaba. Era un punto de encuentro de los viejos amigos pues allí se soltaban sus anécdotas entre risas y carcajadas.  Se contaban las últimas novedades ocurridas en el pueblo. Los santos festejados y los que están por festejarse. Los matrimonios de la hija con el hijo de aquél; todos se enteraron de la fulana que se quedó embarazada; las peleas de los vecinos...de todo se comentaban en estos concurridos lugares; de boca en boca las noticias llegaban al último rincón del pueblo...todo esto ocurría mientras saboreaban la riquísima “horchatita popular”.
A las seis de la mañana, empezaban a desfilar las empleadas domésticas y amas de casa, con sus pintorescas jarritas, con sus coloridas servilletas de tela bien bordadas, para llevarse esta bebida a los hogares gualaceños, en donde se degustaba como parte de su apetitoso desayuno. La venta de la horchata era caída y limpia, cuando acababa de amanecer, los baldes se vaciaron, la venta había terminado. Para los que se levantaron y llegaron tarde les tocaría esperar para la otra madrugada.
Cuantas generaciones probaron esta deliciosa y paciente preparación...Hoy a falta de aquella mujer, como personaje de nuestra historia, su ejemplo quedo y es por eso que hoy la mujer gualaceña caracterizada por su habilidad en el arte gastronómico y por la fuerza de las circunstancias aprendió a elaborar la “HORCHATA”, la deliciosa “YAGUANA” que junto al “ROSERO”, son las preparaciones, que se constituyen como las clásicas “Bebidas Sagradas” que se producen en nuestra prodigiosa tierra.
Gualaceo, 1 de mayo del 2012