Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD
Cuando el índice de rrobos y criminalidad suben acechando a una comunidad tan pacífica como la nuestra...más de un grito se escucha pidiendo ¡más seguridad!; cuando hay asaltos...todos piden ¡más seguridad!; por los crímenes cometidos...todos piden ¡más seguridad! y así podemos seguir enumerando los motivos que desesperan a la gente de hoy por ¡ MAS SEGURIDAD!. Otros de modo cantinflesco solicitan a las autoridades edilicias a organizar una marcha en contra de la delincuencia...como que si a los que les encanta delinquir con una marcha se les asusta o se les hicieran cambiar de idea y modo de actuar, para que no vuelvan a cometer aquellos actos vandálicos y delictivos.
Les contaré lo que sucedió en la última marcha que se organizó en el cantón Gualaceo...Si, fue allí mismo que las billeteras y billetes desaparecieron de los bolsillos de la gente confiada e ingenua que asistieron para gritar en contra de la discriminación; pensando que justamente ahí no pasaría nada...pero ocurrió y aquello jamás se comentó.
No seamos confiados, es por eso que los “guayacos” nos dicen “pela el ojo paisano”...entonces debemos saber que en toda conglomeración humana siempre estarán presentes aquellos amigos de lo ajeno; yo creo que ni la santa madre iglesia se salva de su presencia, allí todo quedara bajo un silencio casi sepulcral, pero “los tumbas” en algún momento nos hicieron conocer los entretelones de lo ocurrido en aquella marcha.
Las causas son fáciles de colegir: en un país donde la falta de trabajo y el índice de desempleo suben, veremos que los hurtos y los afanes de delinquir se multiplican... ¡AUNQUE USTED NO LO CREA!...pero si quieren marchas hagan nomás, si fuera una solución yo también asistiría, pero se bien que las marchas son y quedan en eso en marchas y marchadores.
Este al ser un año electoral el pueblo tiene que organizarse porque tiene que escoger a sus mejores hombres y mujeres, que se encuentren debidamente capacitados en la elaboración y ejecución de proyectos a corto y mediano plazo, pero que estos satisfagan los más caros intereses de la comunidad gualaceña.
Cuenca, 26 de marzo del 2012
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