Gualaceo: “El acueducto que se resiste a desaparecer”
Por: Dr. Nelson Muy Lucero MD.
El agua
es un recurso vital para el desarrollo de la civilización, la historia lo ha
demostrado mediante el florecimiento de las culturas. Sin embargo, también la historia
ha sido testigo de las catástrofes que el agua puede causar. Es por esto que
resulta primordial tener un adecuado manejo de este recurso, tanto para su
abastecimiento, como para evitar siniestros. Para el aprovechamiento del agua
debieron construirse desde pequeñas estructuras hidráulicas hasta colosales
obras. Cabe mencionar que en nuestro pueblo se logró una buena distribución del
agua, para el riego, siguiendo técnicas sustentables para minimizar su impacto
ambiental.
A la
llegada de los españoles, muchos de los sistemas hidráulicos continuaron
utilizándose sin grandes cambios, pero con la conquista, se terminó el régimen
de organización social existente y se implantó la organización en haciendas,
por lo cual, la compleja red de canales que sirvió para irrigar los valles fue
inutilizada.
Nuestro acueducto
es una estructura hidráulica que data quizás de la época prehispánica y
colonial. Estos sistemas utilizados para el transporte de agua por gravedad es una
galería que cuenta con miles de años de existencia, tiempo durante el cual han
sido usados para la derivación de agua para su aprovechamiento agrícola, a
estas obras se les conoce como sistemas de riego pequeños.
Según estudios
sobre este tipo de sistemas nos han demostrado que tienen un alto grado de
sostenibilidad, bajos costos económicos y altos rendimientos de producción
agrícola, pudiéndose considerar como una importante alternativa en la
generación de desarrollo.
El
acueducto hacia llegar el vital líquido al otro lado del rio Sta. Bárbara, una
obra de ingeniería, diseñado y construido con inventiva basado en la tecnología
disponible en la época, por su forma y tamaño de sus arcos bien reforzados, es
algo tan agradable de ver… ¿Será porque nos evoca por siempre a la frescura y
la vida que nos daría el agua que un día recorrió ese sendero? Pero quizá
también a la inventiva del ser humano para trasladar tan vital liquido a grandes
distancias y cubrir sus necesidades bajo el manto de una rítmica y armoniosa forma. No Se sabe cuándo
dejó de funcionar, pero este acueducto se conserva como uno de los ejemplos
arquitectónicos que identifican a la ciudad.
Este acueducto
nos servía para transportar agua para riego, es un lugar por cierto privilegiado
porque se encuentra en la parte alta de la cuenca del río Sta. Bárbara desde donde se observa el
serpenteante recorrido del río Gualaceo y gran parte de este hermoso valle desde
donde los dueños observaban a sus territorios llenos de cañaverales bañados por
su agua alegremente.
Durante
la época colonial se construyeron innumerables y magníficas obras que hoy va quedando
como huellas de nuestro pasado.
Además
de la belleza arquitectónica que representan, es la única obra hidráulica que
nos queda en nuestro cantón, ubicada en los límites cantonales debiendo ser
objeto de una restauración o mantenimiento. Esta obra indudablemente está
integrada por un gran fragmento subterráneo que atraviesa al cantón Gualaceo.
Nuestro acueducto
se constituye en una verdadera maravilla de la ingeniería, no sólo por su
longitud es también porque se muestra desafiante a los terrenos colindantes por
los que transita en su recorrido construido.
“Un acueducto siempre debería llevar
agua, pero cuando el acueducto no se usa, se ira convirtiendo en la próxima ruina
de mi pueblo”-Dr. Nelson Muy Lucero-
No hay comentarios:
Publicar un comentario