Los Inquietos niños de mi barrio...
Por Dr. Nelson Muy Lucero MD
Desenpolvando "el rincón de los recuerdos"...quedo atrás cuando fuimos niños...al llegar de la "escuelita", solo se pensaba en volver a salir de casa pero esta vez para reencontrarnos con los niños del barrio...vamos a jugar a las bolitas...unos se reunían para jugar al clásico "chantón" y otros "al pepo"..se jugaban con unas bolitas de cristal "infaltables"en los bolsillos...y cuando no teníamos se corria a comprar en "la tienda del carusso"..entonces...estabamos listos para empezar una partida...a perder o ganar...era un desafío...los mas "viejos" nos sacaban todo a los mas pequeños...y al perderlo todo nos sentábamos tristes en el umbral de una casa cualquiera, con los codos sobre las rodillas y en las manos apoyando las mejillas...con los bolsillos vacíos de "canicas"y con la mirada ausente...nuevamente de pie...empezaba una triste caminata de "perdedores", por las empedradas y polvorientas calles de nuestro pueblito...pateando una y otra vez las piedrecillas que se encontraban por doquier en el camino...comenzaba así la habilidad para jugar a la pelota (estas eran confeccionadas con trapos, hilo y agujón)...al arribar a la plaza Manuel Cruz Orellana...escuchaba el grito alegre, que animaba...ven a jugar pelota...todos los niños se agolpaban para ser tomados en cuenta para la conformación de los equipos y así comenzaba un nuevo desafío...los ganadores como siempre desafiaban la conformación de otro equipo para que los enfrenten...así se terminaba una tarde mas en las calles gualaceñas...al atardecer se corría a casa y en el trayecto siempre encontrabamos a las niñas frente a los portones de sus casas jugando a la semana...una figura pintada en el piso con carbón...eran unos cuadritos unidos que representaban los dias de la semana. Otras jugando la "macateta" sobre una piedra bien labrada...Caida la noche especialmente cuando habían fiestas familiares los niños se reunían y a jugar todos...los juegos mas comunes de los niños...al "sin que te roce"...niños y niñas a las escondidas aprovechando la poca iluminación de aquellas callecitas de mi pueblo...incansables pero sudorosos ...sin pedirlo se escuchaba en la penumbra de la noche "una voz autoritaria" de nuestros padres que decían...vasta, a llegado la hora...vamonos...sin querer despedirnos de nuestros amiguitos nos etrecruzabamos las miradas apenadas porque el juego no había terminado...pero si la visita de nuestros padres...Hoy con los años que ya pesan sobre mis hombros se que la OBEDIENCIA fué uno de los tantos valores que se sembraba en aquellas tiernas edades.
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