Parece
una leyenda...
“Los
niños que rechinan sus dientes...”
Por Dr. Nelson Muy Lucero MD
Fueron tantos los lugares a
los que llegue, puesto mi bata blanca y sobre mi cuello el “fonendoscopio” para
escucharles a aquellas madres; el gusto de ellas es poder comunicarse y se
sueltan con una “consulta gratis” sobre sus pequeñines...aquí hay niños a los
cuales les rechinan o se apretujan los dientes por la noche cuando duermen...y
creemos que aquello se debe, porque están llenos de “bichos”... ¿verdad
doctor?...terminaban interrogándome...Al respecto puedo asegurarlo que hasta el
día de hoy no tengo respuesta, porque en ningún lado se ha demostrado sobre la
veracidad de esa afirmación.
El apretar y restregarse los
dientes durante la noche es un hábito compartido por muchas personas, y la gran
mayoría no es consciente de ello. A este síndrome le denominamos
técnicamente BRUXISMO.
El bruxismo es un hábito involuntario, diurno o nocturno, de apretar
y rechinar los dientes inconscientemente.
En el principio se pensaba
que este síndrome estaba relacionado con problemas en la masticación, como
consecuencia de una mala oclusión entre los arcos dentales superior e inferior
del niño pequeño.
Otra teoría, sugiere que el
bruxismo es necesario en niños normales en la época de transición entre dientes
deciduos y definitivos, a fin de asegurar una correcta oclusión dental una vez
concluida la dentición.
Ahora sabemos que en la
mayoría de los casos, este doloroso espasmo muscular está relacionado con el estrés
emocional (los niños también tienen estrés), niños con conductas hiperactivas;
¿alergias?; posturas al dormir.
El hecho de apretar los
dientes se ejerce presión sobre los músculos, los tejidos y otras estructuras
que rodean la mandíbula, lo cual puede llevar a que se presente dolor e
inflamación de la mandíbula, dolores de cabeza, dolores de oído, daño en los
dientes y todos estos síntomas pueden causar trastornos de la articulación
temporomandibular.
El aprender a controlar el
estrés al que continuamente estamos sometidos también colaborará en la
desaparición de estos hábitos que a la larga pueden ser problemáticos.
Sea como sea, el bruxismo
tenderá a desaparecer por sí sólo. A veces será algo ocasional, a veces durará
semanas o meses. Si se hace intenso o existe riesgo de desgaste de los dientes,
no nos queda alternativa que visitar a nuestro odontopediatra de confianza,
para tomar alguna conducta preventiva.
Aquí cabe una recomendación,
que no debemos olvidar:
“el
bruxismo no tiene NADA que ver con la presencia de las lombrices o parásitos en
el tubo digestivo de su niño”.
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