“EL PARQUE un lugar favorito para LOS VIEJITOS…en Gualaceo”
Por Dr. Nelson Muy Lucero MD
Siempre
fue un espectáculo aparte, ver a unos cuantos “mayores de edad” o los ya
“ancianos”, con sus sombreros, levas, ponchos, lentes y bastones, reunirse y
tomar posesión de alguna de aquellas banquetas, quizás la preferida del parque
debido a su ubicación “estratégica”, en esa esquina diagonal a la vieja casona
municipal…quien lo sabría si alguno de aquellos “grandes conversadores” fueron
sus tíos, abuelos, padres de muchos de ustedes, bien casados o solterones, los que
conformaron aquel grupo selecto de autoconvocados para en determinada hora
estar presentes en aquel espacio gualaceño.
Imaginativamente
veo aquella “banqueta de madera”, que a pesar de haber sido castigada por el
tiempo, allí esta, ubicada bajo el ramaje de aquel árbol de “guando” adornado
con sus coposas flores blancas que semejan al cáliz, para ser testigos “mudos”
de esas reuniones sociales, donde se desgranaban sabiamente nuestra historia,
nuestras raíces, nuestras costumbres, lugar donde se escuchaban palabras,
palabritas y palabrotas contadas con todo el peso de la experiencia,
indudablemente ellos allí transcurrieron sus mejores y los más gratos momentos
de su vida.
Pero
por supuesto que no todo era seriedad, se destilaba alegría expresados por las
risotadas emanadas de los integrantes del grupo… incontables habrían sido los momentos
jocosos que se desarrollaban, contándose codo a codo algo de su repertorio,
pero bien repasaditos para no “pelarse”, esperando el momento oportuno para
contarse…en aquel entonces fui testigo de paso, al escuchar pero observando como uno de ellos se “Incorporaba
para lanzar su fraseología…blandiendo en sus manos un diario nacional, les interrumpió
manifestándoles que él era un personaje que actualmente se encontraba dedicado AL
COMERCIO (mostrándoles el periódico) Y LA BANCA (señalando el sitio donde se
sentaba), para que de una buena vez se enteren todos y no anden murmurando que
era un don nadie…rompiendo con este comentario la monotonía del momento, llenándole
el ambiente de “carcajadas” con aires de mucho humor y alegría.
Este suceso
se dio en nuestro parque, uno de los
tantos escenarios en la vida de los gualaceños…aunque los maderos de aquella
original banqueta desaparecieron, el lugar permanece, con sus actores que
tampoco están…porque el paso de los años no perdona…pero el lugar en ese
espacio permanece con una nueva banqueta que allí estará en el tiempo y en el
espacio, esperando a las nuevas generaciones de “viejitos gualaceños”, que
seguro estoy volverán a poblar aquella plaza y ocuparan aquel lugar de
descanso, que hoy luce vacía y abandonada.
Ansioso
espero que la vida me siga brindando la oportunidad y me reserve el honor de
ocupar un lugar en este parque, para seguir rememorando el pasado y contándole
al presente para que no nos olviden nunca…y que sepan las generaciones
venideras, que aún después de muertos, nuestras cenizas sirvieron de abono para
la mejor planta de nuestro floreciente huerto, de este eterno y envidiable
valle gualaceño.
¡Solo
cuando la muerte me sorprenda, me callare para siempre!