RECORDANDO LOS VIEJOS TIEMPOS:
“UN SENDERO QUE NUNCA OLVIDARE…Por un caminito del Patate Viejo llegue”
Por Dr. Nelson
Muy Lucero, MD.
En el
año de 1980 fue asignado el DOCTOR NELSON MUY LUCERO, desde la Universidad
Estatal de Cuenca, como Medico Rural del Cantón PATATE, provincia del
Tungurahua.
Cuando
arribe, caminando por el pueblo, junto a mi mujer y mi primer hijo, me parecía
haber llegado a un pueblo casi sin habitantes, era cercano al medio día.
Buscaba un restaurant y no lo encontraba. Fue en una tienda junto al parque,
que pregunte donde quedaba el SUCENTRO DE SALUD, me respondieron, que a la
entrada del pueblo, justo en la parte alta del CAMPO SANTO.
No lo
podía creer, el Subcentro estaba cubierto por grandes matorrales, parecía que
no lo habían habitado por muchísimo tiempo. Se pidió al CURA PARROCO, que
solicitara a la población que se den cita para una minga de limpieza del
Subcentro de salud, pero nadie parece que escucho nuestro pedido y en
colaboración con algunos de nuestros vecinos, la enfermera y el inspector de
sanidad comenzamos nuestro arduo trabajo para adecentar nuestra unidad
operativa. No lo van a creer, lo logramos y así comenzamos nuestra labor como
MEDICOS RURALES, los doctores: JULIO MONCAYO DESDE QUITO Y NELSON MUY DESDE
CUENCA.
Con nuestro modesto grado de preparación y provistos
de una mentalidad de tinte modernizador en la medicina salubrista, llegamos a
esta pequeña urbe.
La
mayor parte de su gente durante el día laboraba en sus faenas eminentemente
agrícolas, hortícolas y frutícolas…la tierra de los viñedos, de las mandarinas,
del aguacate, de las rosas, de las hortalizas y el GRAN ZAPALLO , de cuya carne las hábiles manos de la mujer
“patateña” las transforman en hermosas arepas apetecidas por propios y extraños
que los visitaban.
Caminando
por el pueblo día a día, fui observando cómo se encontraba organizado y de que
adolecía esta pequeña población.
Mis
primeras recomendaciones se centraron en la eliminación de las acequias que
cruzaban las calles constituyéndose en vectores y focos de innúmeras
enfermedades, así como la inmediata clausura de las chancheras
intradomiciliarias, existentes en el perímetro urbano.
Cuando
llegamos al CANTON PATATE, observamos que el descuido era integral, que
provenía desde siempre. Preguntado a las autoridades porque jamás se tomaron
acciones, argumentaban que el temor a las protestas de su gente hizo que tardaran
en buscar soluciones a los problemas de insalubridad y este temor incluso provenía
desde administraciones anteriores…en cambio otros burócratas manifestaban que
las soluciones se encontraban en estudio.
Pero
allí estaba, presente “la contaminación ambiental”, provocada por la ausencia
de obras, destinadas a manejar los desechos, que incluso mediante comunicaciones,
los mismos que hacían caso omiso, por parte de las autoridades municipales, sin
comprender que se les prevenía…Que en caso de no tomar medidas urgentes que los
daños serían irreversibles en la SALUD DE LA POBLACION ESPECIALMENTE INFANTO
-JUVENIL.
Sendas
reuniones entre el PUEBLO y sus AUTORIDADES se realizaron junto con los Médicos
y personal de apoyo del Subcentro de Salud, llegando finalmente a un acuerdo
consensuado, de darnos unos plazos urgentes para la masiva salida de las
chancheras fuera del perímetro urbano. Esta medida dio resultado, un nuevo aire
se respiraba en PATATE, todos contentos, los vecinos ya podían almorzar
placenteramente sin los clásicos olores nauseabundos del medio día.
De la misma
manera, continuamos con el programa ANUAL que se trazó este Médico Rural de los
AÑOS 1980 - 1981, al que le denomine “EL SUBCENTRO AL CUIDADO DE TU SALUD”, así
programe en forma responsable mi sendero por el que caminaría durante todo un
año al servicio de la comunidad al que fui asignado:
I SALUD PREVENTIVA, Utilizando y aplicando todos
los programas de estricto cumplimiento del Ministerio de Salud, como el PAI
(programa ampliado de inmunizaciones), FORMANDO LOS CLUBES DE LAS Madres de la
Leche avena. En el programa de captación de nuevos casos de la TUBERCULOSIS y
su tratamiento domiciliario.
II SALUD ESCOLAR, siempre fue espontanea,
nuestra participación mediante conferencias, se lograba una estrecha
comunicación con el grupo de estudiantes de primaria y secundaria. De igual
manera jamás dejamos de organizar nuestras brigadas de visitas médicas a todas
las parroquias o asentamientos humanos de todo el Cantón Patate.
III SALUD COMUNITARIA. Fue de estricta aplicación a
la población en su conjunto, visitando de forma presencial a todos los
domicilios PATATEÑOS. IN SITU,
observábamos las condiciones ambientales en la que vivían sus pobladores. Luego
planteábamos las soluciones, junto a las instituciones correspondientes.
Nuestra
participación siempre estaba junto a los pobladores en sus principales facetas,
con motivos en beneficio de la salud de sus habitantes: Fue así que tengo en la
mente un fin de año espectacular, digno para recordar, diciembre del año de
1980, en el que se confeccionó UN AÑO VIEJO, que llevó el título de “CASTILLOS
EN EL AGUA”, de cuya llave de agua domiciliar emergía una lombriz, en
reminiscencia al poco accionar del jefe provincial del IEOS, de apellido
CASTILLO, en la provincia, porque a un
Cantón de tanta importancia turística como se lo pintaba a PATATE, este no
contaba con agua potable.
IV. UN SUBCENTRO DE SALUD con
servicio las 24 horas para el CANTON.
Siempre nos encontraban laborando, a cualquier hora del día o de la noche, al
servicio del doliente, del accidentado, de la paciente que venía a dar a luz.
Muchas fueron las cirugías planificadas y de emergencia, que se practicaron en
ese SUBCENTRO DE SALUD.
V. SE IMPLEMENTO UN SERVICIO DE
FARMACIA POPULAR. Nuestros
pacientes de seguro fueron los más agradecidos, en un solo lugar nos encontraban
al médico y su tratamiento para el alivio de sus dolencias.
Así
fue nuestro paso por aquella población al que tanto quiero y le recuerdo, EL
CANTON PATATE, en la PROVINCIA DEL TUNGURAHUA, que en aquellos tiempos ya
remotos contaba con el único acceso, el camino viejo de piedra, el camino empedrado
por la vía conocida como EL CAMINO DEL PATATE VIEJO.
ANECDOTAS OCURRIDAS EN PATATE:
SE ME PERDIO MI HIJO…Una cierta mañana, mientras atendía a mis
pacientes, llegó mi esposa y me comunicó con lagrimas en los ojos, que nuestro
hijo había desaparecido… se armó un revuelo, junto a los vecinos emprendimos la
búsqueda…a mi hijo de 3 añitos, no lo encontrábamos…cansados bajamos al pueblo
y allí estaba jugando solitario en una de las entradas del parque…que susto que
nos llevamos…pero un final feliz.
ATACADO POR UN
ENJAMBRE DE ABEJAS…Otra vez mi hijo…se acerco a las colmenas de los
vecinos y jugando dando golpes a las
paredes de los colmenares el travieso niño, obligo a salir en estampida a las
abejas, quienes le atacaron masivamente y gracias a la oportuna acción de
nuestro vecino DON LUCHITO FREIRE, que abrazado al infante se sumergió en un
estanque de agua, como única forma para evadir el ataque fulminante de las
enfurecidas abejas…los primeros auxilios brindados en el Subcentro de salud en
Patate.
LAS DOS HERMANAS
DIERON A LUZ LA MISMA MADRUGADA…Una
cierta noche golpearon mi puerta, en el Subcentro…llegaba una parturienta
acompañada de su hermana, para que le atienda porque estaba con dolores de
parto…A la madrugada se produjo el parto y me retiré…Una hora después me
llamaron con insistencia, era la hermana, la acompañante, que me decía…doctor
creo que yo también voy a dar a luz…así sucedió, esa madrugada me dispuse a
tender un nuevo parto.
AGRADECIMIENTO:
“Agradezco a mi esposa Martha Cabrera A., a mi
hijo Nelson, porque gracias a ellos, por su valiosa compañía, pude aplicar con
enorme responsabilidad mi vocación de médico y ser amigo de toda la comunidad
patateña…GRACIAS…MIL GRACIAS PATATE…SOY Y SEGUIRE SIENDO UN PATATEÑO DE
CORAZON”.
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