“Reviviendo el AYER…por ti
Gualaceo”
Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD.
Estas
palabras las aprendí desde cuando fui escolar,
historia, cultura, raíces; por siempre fueron tan nombradas
pero poco comprendidas, palabras tan comunes pero que encierran un
contenido amplio y riquísimo. Ese contenido es nada más ni nada menos que
nuestro pasado, los hechos que alguna vez fueron su PRESENTE.
Me he
convencido, que todo lo que se puede pensar tiene su historia, y es por eso que
através de este BLOG, pretendo seguir haciéndoles llegar unas pócimas de la
HISTORIA POPULAR DE NUESTRO PUEBLO.
Recuerdo que cuando
comencé con esta idea, ni siquiera lo supe…fueron aquellos días de colegial,
cuando nuestros profesores de una materia denominada “Asociación de Clases”…nos
conformaban en grupos de cinco alumnos y nos pedían que confeccionemos un periódico mural
utilizando recursos y materiales en desuso (revistas, periódicos, etc.) que
debían ser publicados, aprovechando los festejos de aniversario de nuestro
querido Colegio, comenzábamos a idearnos
y estupendamente íbamos dándole forma y escribiendo con depurada caligrafía
nuestro pensamiento basado en los testimonios encontrados…estaba listo…nos
sentimos satisfechos, allí estaba en exposición nuestro PERIODICO MURAL…
Pasaron
tantos años, siendo muy amigo de los hermanos de apellido Lucero, RODRIGO Y
FRANKLYN , socios y dirigentes de Radio Centro Gualaceo, fue en un atardecer gualaceño,
que me invitaron a integrarme como socio de su institución; siendo en una de sus
sesiones, les pedí que podían hacerme
cargo del programa “Noticioso de la radio”… para sorpresa e incredulidad de sus
asociados, pase la prueba…comencé la tarea encomendada, pudiendo recopilar muchas, muchísimas
historias y descubrimos que por nuestro pueblo pasaron verdaderos talentos,
personas virtuosas, y más allá de eso, excelentes seres humanos adornados de su
filantropía en beneficio de sus congéneres y por supuesto que quisimos compartirlas
con ustedes.
Intentamos,
humildemente y con profundo respeto, homenajear a todos aquellos personajes,
algunos que están físicamente entre nosotros y a otros que ya no lo están, pero
que gracias a la buena predisposición de sus familiares tuvimos acceso a
detalles y anécdotas inimaginables.
Pero
existe una verdad, lo disfrutaron mis oídos, cada familia en este pueblo y cada
uno por su lado tiene una historia, que la consideramos y merecen ser contadas,
no podemos dejar de reconocer a todos los habitantes que apostaron y cultivaron
nuestras raíces, porque todos aquellos son parte de nuestra sangre, de nuestra
identidad.
Nuestra
intención siempre será recordarles a las generaciones anteriores, a los que
vivieron durante toda su vida, pero nuestro objetivo principal es que quisimos
llegar a las NUEVAS GENERACIÓNES, para que conozcan a aquellos personajes, para
que cuando estén en otro pueblo, provincia o país puedan sentir y decir
ORGULLOSAMENTE “mi pueblo también tiene talentos, tiene historia y te las puedo
contar”.
Nuestro
sincero agradecimiento a todos aquellos que nos permitieron contar sus
historias, que nos resultó imposible en unas cuantas páginas poderlo contar
todo, pero plasmamos lo que nos resaltaron, considerando que era lo más
importante. Nuestras interminables disculpas a quienes no los incluimos, les
aseguramos que fue porque no llegamos a ustedes por razón de tiempo o
distancias. Nuestro prudente reconocimiento a esos grandes personajes que su
voluntad fue no ser nombrados aquí.
Así
como dicen los músicos que: “Sin música la vida sería un error”…” lo único que
hemos pretendido es llevar la llama de la historia de este pueblo para las siguientes generaciones…” …el poder
vivir en Gualaceo es un arte porque es un pueblo en el que se puede vivir de
distintas maneras….Gualaceo, es la ciudad de las colinas, de los páramos, de
las vertientes, de la gran laguna de MAYLAS, de sus ríos, de la quebrada y
bosques del AGUARONGO, DEL GRAN PEÑON DE LOS SACRIFICIOS EN DOTAXI, de su
enorme valle sagrado de las guacamayas, adornada con su riqueza cultural y
gastronómica únicas…solo sé, que de cada vueltecita que se dé un TURISTA por
estas legendarias tierras…siempre se llevará un pedacito de ella…
Y al
lector les decimos que esperamos que continúen disfrutando de este humilde
material, que con total compromiso continuaremos realizando.
Que se
prenda la música de nuestro pueblo: “gualaceña, flor del alma…flor de durazno,
mi amor…” que a todos los oídos les llegue y que esta música crezca, y no se
termine nunca, esos son nuestros infinitos deseos.
¡Viva Gualaceo…esto,
en homenaje a todos mis hermanos gualaceños que están lejos, en recónditos
lugares de nuestro planeta TIERRA!
UN RELATO DE LA VIDA REAL
Gualaceo
fue y seguirá siendo un PUEBLO DE MIGRANTES:
La
gente iba y venía…decían los mayores…en ciertas épocas veraniegas, especialmente
los varones dejaban el pueblo y se marchaban, especialmente a la región Costa, donde laboraban
en lo que podían, oficiales de zapaterías, vendedores ambulantes (charoleros
con caramelos), zafreros (cortadores de caña), estibadores en los
muelles(“cargadores”), canillitas(voceadores de periódicos), ayudantes de
panaderías, etc.
En
general los que se marchaban, eran el Padre para luego tomar la posta el primer
hijo…las familias de aquellos tiempos siempre fueron numerosas, con un mínimo
de cinco hijos, repartidos entre varones y mujeres. Casi todos comenzaban la
escuela primaria, pero en su gran mayoría
no lograban terminar su ciclo de estudios, porque saldrían a trabajar…todos los
infantes tenían su mirada puesta en el horizonte, esperando únicamente la hora
de poder migrar y conseguir el tan ansiado y esquivo “dinero”, para su familia,
como sustento de su madre y hermanos menores.
Las
ausencias eran obligadas por las circunstancias y casi siempre por razones
laborales, fueron épocas difíciles, nos relata Don Miguel (nombre ficticio) que
él de niño seguía yendo a la escuela por la mañana y por la tarde, por la noche
hacer los deberes alumbrado con un mechero o una espelma de cera, a veces no
había que comer…el fin de semana, trabajaba en un negocio que antes lo llamaban
almacén de “ramos generales” en donde se vendían distintas clases de artículos (en
su mayoría cosas “sueltas”) , lo más difícil era encontrar los pedidos de los
clientes.
Para
ese entonces Don Miguel iba en tercer grado y nos relata: “un día nos llama el
director de la escuela para participar en una comedia basada en una leyenda; pero
nos encontramos con un pequeño problema, había un chico que cantaba una canción
pero nadie lo acompañaba con algún instrumento, ahí se le ocurre a un compañero
de grado decirle al maestro que el papá de Miguelito era Músico, de esa manera
comenzó mi experiencia como músico (a la fuerza), no sabía de guitarra y me
dieron poco tiempo para aprender, le pregunte a mi padre y él en el poco
tiempo libre que disponía me enseñó dos notas musicales, así me presente en esa
comedia, de allí comenzó a entusiasmarme la idea de seguir practicando
guitarra, cuando mi padre no estaba agarraba la guitarra y así fui aprendiendo
mas notas musicales. También en los bailes cuando acompañaba a mi padre, me
fijaba en los músicos para seguir con más ganas…
Por
esa época mis tíos se fueron del pueblo, a probar suerte, uno de ellos le dijo
a mi padre: cuando consiga trabajo y si necesitan de personal te mando a llamar,
pasaron dos años, cuando un día mi padre recibió una carta, lo llamaban para
trabajar en construcción, cuando iba saliendo de la casa, con su alforja en sus
hombros, se volvió y abrazándonos nos dijo: “si me va bien los vengo a
buscar…”.
Continuando
con su relato Don Miguel recuerda: “pasaron otros tantos años y nosotros con nuestra
madre seguimos con la rutina y también con una profunda nostalgia
por nuestro padre, ya que era la primera vez que nos dejaba por mucho
tiempo, hasta que un día nos comunica por carta que nos preparemos. Que venía para
llevarnos, así empezó otra historia, la más rica y agradable de mi vida y
también de mis hermanos”.
El
señor Miguel tan solo con 14 años comenzó a trabajar en una fábrica
metalúrgica. Estudiaba de noche donde terminó sus estudios…hoy es un prospero
empresario e industrial en la gran urbe guayaquileña.