GUACHAPALA: “Aquí junto a su esposa Carmen Loza (+) se enterraron los restos
del que en vida fue Don Polibio López Lituma”
“Hoy doblaron las campanas de mi pueblo... Hoy murió uno de los grandes personajes de mi eterno Gualaceo...”
Por: Dr. Nelson Muy Lucero, MD.
Queridos y estimados amigos, amigas, hermanos y hermanas, y demás familiares del gran y eterno amigo, que ya no estará más.
Gracias a sus hijas por darme el honor, el privilegio y la responsabilidad de despedir a vuestro nombre, los restos del señor DON POLIBIO LOPEZ LITUMA, quien naciera por allá, en aquellos tiempos, en un humilde pueblito llamado Santiago de Gualaceo, un 17 de octubre de 1917.
Hoy martes 25 de septiembre, son las 6 de la mañana, la noticia me la entregaron por teléfono...DON POLIBIO LOPEZ acaba de fallecer...falleció en la tierra de su amada, de su esposa, de sus hijas, en el CANTON GUACHAPALA...mi corazón lloro al amanecer...los escritos en mi BLOG acaban de perder a aquel hombre que les conté en quien creer. Siempre fue buscado y le inmortalice con mis letras, y se encuentra inscrito en la librería de mi alma.
Desempolvando los recuerdos...don Polibio López Lituma, nació de la unión de don José María López Correa y doña Virginia Lituma de López, convirtiéndose en el mayor de cinco hermanos. Creció en el seno de una familia, que no exenta de dificultades como en todas, pero fue en un hogar donde reinaba el amor, el respeto y la tolerancia.
Sus hermanos de crianza, de la familia Álvarez- Luzuriaga creo que si lo pensarían así... ¿Cómo olvidar ese entonces de tantos momentos compartidos, tantas noches juntos bajo el cielo estrellado, como si fueran cuentos compartiendo sus anécdotas en una grata charla alrededor del fuego acogedor en una legendaria cocina de leña, calentados por el fogón y las tullpas, siempre juntos escuchando los ruidos del silencio y del crepitar de los leños...?...fueron incontables las veces que rieron juntos de las peripecias ocurridas en los recovecos de su vida...En aquella familia me dijeron en más de una ocasión...Don Polibio, se pertenecía a la familia, lo demostraba siendo un ser humano excepcional... el mas servicial y de inclaudicable honradez.
Me comentaban de aquellos tiempos que por la falta de oportunidades de trabajo en aquel pequeño pueblito llamado Gualaceo, “Polito”...se vio obligado a emigrar especialmente a la Capital y otras regiones del país...pero por esas cosas que tiene la vida, llegó y se quedo en GUACHAPALA trabajando en una fábrica de colas y otros quehaceres...fue así como la encontró a la hermosa “guachapaleña”, la mujer de sus sueños, a la extinta doña Carmen Loza dando origen así a una hermosa familia.
Hace exactamente 35 años, tuve el honor de conocerle a don “POLITO”, en un emotivo y especial momento pero decisivo en mi vida, ni más ni menos, en mi MATRIMONIO, con mi esposa, doña Martha Cabrera Álvarez...Son 35 años de amistad, 35 años de mi matrimonio, a los 35 años de conocernos con respeto y admiración se le ocurre a mi eterno amigo emprender un viaje mas, el último en su vida, pero esta vez sin el clásico “boleto de retorno”.
Quienes lo conocimos y tuvimos el privilegio de estar y compartir con él evidenciando además sus nobles atributos de comerciante y artista, no podremos olvidar su seriedad, su característica principal, sin dejar de lado los esporádicos momentos que nos departía una sonrisa franca y espontánea, acompañado de sus consejos siempre bien intencionados, su preocupación por los demás, por los niños y jóvenes, por su fraternidad y amistad desinteresada.
¿Cómo olvidar a Don Polibio, con su caminar pausado pero decidido, su apretón de manos fuerte, sincera y confiada?, ¿Cómo poder olvidar tantos gratos momentos que por años nos brindaste, a muchos de nosotros y también a nuestros hijos y sobrinos?
No tuve la suerte de llegar pronto a asistirte, pero la calle me contó...que este martes diste por terminado tu visita a esta tierra...tierra de tu esposa y tus hijas...tierra donde conociste el amor y la solidaridad contigo...me dijeron que, te fuiste apagando poco a poco, como un viejo velero en altamar, cansado y derrotado por los años...Tus lágrimas no sé cuantas, fluyeron incómodas, rodaron por tus mejillas...Sé que querías quedarte por eso luchaste...luchaste hasta el final, por eso fuiste en vida te recordaremos, como un luchador y un gran señor.
Las sombras llegaron todas a la cita de este martes 25 de septiembre. Huyeron contigo los consuelos y las esperanzas, dejando instalados los más penosos dolores, como espigas quebradas, y reventadas por los vientos.
Hoy pienso en los “dos silencios” que los seres humanos afrontamos: el silencio antes de nacer y el silencio después de la muerte. Hoy me aflige y me atormenta el silencio tuyo “Polito”…..el silencio después de la muerte.
Hoy mi mente, te dibuja en el viento, para que tú ser viajero, callejero y andarín, se acerque al cielo y me traiga la respuesta al misterio infinito de la muerte. ¡Gracias Polito!...Por ser el gran amigo de mi familia...Cuidaste de mis hijos cuando yo no estaba, los divertiste cuando más lo necesitaban, los paseabas sobre tus cansados hombros...¡No sé si fui justo contigo!.
Pensando como facultativo, creo que te deje expuesto a que te derrotaran las más infaustas circunstancias de la vida, a la que te habías apegado...prolongándola con el único deseo de impedir que la parca se ensañe contigo, y te arrebate la vida, transportándola tu alma hacia ignotos lugares...pero al final sucedió...la muerte apareció...hay que aceptarlo nos venció.
Pero no importa “POLITO”, a veces para ser entendido es necesario morir. A veces también, para ser amado es necesario morir.
Y sabes una cosa, querido “POLITO” la razón que me exponen para que deje de llorarte y calme mi ansiedad y la tristeza, es que ya estabas demasiado viejo. ¿Que opinas?...Como si no supieran que envejecer es el único modo de saber a que atenerse y aunque lo que tiene que ser, es, y lo que ha de ser, será, no hay forma de establecer un punto de equilibrio que nos permita comprender con meridiana sabiduría, el infausto sentido de la muerte.
Me cuesta decirlo, pero me consta, que cuando CARMENCITA se murió, el viejo “Polito” quedó maltrecho y adolorido, escondiendo su soledad en el laberinto indescifrable de su mente. El crujido desentonado de imágenes y sonidos sin eco, lograron quemar su alma.
Por esto y por tantas otras cosas que nos trae el recuerdo, lamentamos profundamente su partida, pero nos consuela el ver que su obra está viva y el saber que detrás de ella están sus hijas: Nelly, Ligia, su nieta Valentina y su hijo Político el profesor Rómulo Orellana, para juntos mantener viva esa llama espiritual del fuego amante que los creo.
QUERIDO AMIGO...Otros caminos y espacios hoy recorres, desconocidos para nosotros y sólo nos resta decirte y desearte que habiendo llegado al final de la pista en tu vida, tengas un buen viaje, y goces de un buen campamento eterno y que descanses en paz en compañía del Gran Creador y de tu señora esposa, CARMENCITA LOZA.
Ha, casi se me olvida...el último favor...si por allí en el infinito le encuentras a mi Papa, dile que le envío mi saludo y un abrazo.
Hoy te enterraremos como se entierran las gotas de lágrimas en la zona más profunda de la tristeza. Te marchaste hacia innatos lugares, donde las sombras juguetean con la luz esquiva de los faroles.
Sobran palabras para describirlo, faltan lágrimas para añorarlo, pero los escritos por mis manos le harán volver una y otra vez al leerlo y releerlo, en ese Blog, gracias a la magia del internet...si en algún momento su tiempo lo permite, lo pueden hacer, estoy seguro que podréis sentirlo a “Polito “como en vida otra vez. Todos dicen y coincidimos que las personas realmente mueren cuando se lo dejan de recordar.
¡Que descanse en paz!
TUS AMIGOS:
2. SUS HIJOS:
· Arq. Nelson Muy Cabrera,
· Dr. Jonathan Muy Cabrera y
· Diego Esteban Muy Cabrera
Cuenca, 27 de septiembre del 2012
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