RECORRIENDO GUALACEO Y SUS COLINAS…EN BICICLETA
Dr. Nelson Muy Lucero
MD.
Gualaceo y sus alrededores
son perfectos para recorrerlo, para explorarlo y conocer caminos que nos
comunicarían fácilmente entre las colinas que rodean nuestro valle milenario
utilizando este medio de transporte sobre dos ruedas, “la bici” como una
herramienta que nos permitirá devorar grandes distancias, en poco tiempo y
observando los detalles de un lado y otro, que de ninguna otra manera se
podrían observar desde otro vehículo.
Como recuerdo esos paseos en
bicicleta y sus raudas caídas “cataplum”, de cualquier manera Gualaceo por su belleza y
cercanía a la naturaleza siempre fue ideal para los fines de semana salir con
los amigos a pasearnos en ese equilibrista vehículo...sin importar si eran
viejas o repintadas, pero igual rodaban...Gualaceo, seguirá siendo una ciudad
como si estuviese diseñada para hacer ciclismo en sus alrededores…porque no
pensar ejercitar estas actividades en las parroquias, al menos en las más
pobladas del grupo poblacional en riesgo...la juventud...circunvalando una
pista diseñada alrededor de su centro parroquial los niños tendrían otro
concepto del buen vivir...no se requiere de una cuantiosa inversión, pero sí de
visión y decisión de sus autoridades.
Pero imaginémonos en otras
ciudades, si queremos salir a disfrutar de la naturaleza, tenemos que
desplazarnos grandes distancias para apenas comenzar un paseo…cuando la tarde
se nos vino tristemente encima.
En Gualaceo se pueden trazar
“ciclorutas”
con alternativas diferentes comenzando con los 36 kilómetros de paisajes
mágicos desde el terminal terrestre de la ciudad de Cuenca hasta la Avda. Jaime
Roldós. Las “ciclorutas” serán extremadamente amigables para las “pedaleadas”
pero desafiantes frente a las cuestas y rodeado de su paisaje indescriptible
hasta este Cantón, que con cada grupo será cada vez una jornada espectacular.
Las “ciclorutas en los páramos nuestros” porque no soñar en
realizarlos...estarán plagados de paisajes deslumbrantes, con la mirada puesta
en esos valles rodeados de colinas que descienden desde los páramos andinos,
con nubosidades que ascienden cubriéndoles a las montañas en sus madrugadas o
tardes de tormentas, sus recovecos con sus verdes praderas, y el movimiento del
pajonal frente al viento poderoso en las alturas...mientras tanto la “bici”
seguirá rodando, por rutas increíblemente imaginarios.
En estas tierras fértiles
vive un pueblo altivo, solidario y emprendedor que no sabe aprovechar su
riqueza ecológica para levantar proyectos ecoturísticos y comunitarios que
invitan a explorar parte de esta provincia de “espantosa belleza”, calificativo
que nos fuera endilgado por el investigador cuencano Napoleón Almeida.
Estamos empeñados que su
gente de una vez por todas se convierta en la mejor guardiana junto a sus
colinas de este escenario territorial que abarca desde los serpenteantes ríos
que descienden desde nuestros páramos infinitos, cruzándose con caminos
ancestrales, con trazos del Camino del Incario como nuestros legados santuarios
de altura.
Los pequeños poblados existentes
nos parecen como congelados en el tiempo y olvidados, pero la amabilidad de su
gente al cruzarnos en el camino nos entregan su saludo andino, con alegría y
sinceridad.
La oportunidad de disfrutar
del silencio durante las horas de pedalear admirando el entorno y por último,
la cercanía con la ciudad, hacen del recorrido “en bici” un saludable esfuerzo
para los amantes de los paseos y la naturaleza sobre las dos ruedas de un
esquelético pero ecológico vehículo.
Pedaleando en Gualaceo |
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